En muchas ocasiones nos gustaría estar en cualquier sitio, cualquiera, que no fuera nuestro pellejo, pero el problema es que cada uno hemos nacido con el nuestro y salir de él es muy complicado. Aunque en muchos casos se estire, corte o arregle en un quirófano; meterse en otro, eso ya es imposible, lo único que podemos hacer es quedarnos en carne viva si seguimos estirando.

Muchas veces tendremos la sensación de vivir en “Teletubilandia” que luego dicen en los anuncios que si no hemos estado en ella, normalmente nos pasamos en ella más de media vida, porque la realidad, muchas veces se parece a este programa infantil protagonizado por esos muñecos inidentificables y por eso tan estigmatizados, que si son gays, que si son peponas, que si no, que son conejos. La verdad es que son mucho más amables que en nuestra vida, que es igual de absurda pero más macabra.