Han pasado ya casi tres meses desde que, a finales de marzo, Víctor Morlán y Mario Flores se reunieran para cerrar los últimos flecos del Protocolo de Carreteras 2005-2010 y ponerlo en marcha.

José Blanco y Mario Flores, una la última visita del Ministro de Fomento a la Comunidad Valenciana

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Con el anterior protocolo a punto de expirar, se plantea dos dudas. La primera y principal, es quién va a sufragar las obras de la segunda fase del Acceso Norte al puerto de Valencia (la más costosa). La otra, si los recortes anunciados van a afectar a esta infraestructura.

En cuanto al primero de los interrogantes, Fomento y Consell siguen sin ponerse de acuerdo, aunque desde ambas instituciones siempre se ha intentado guardar las formas. Por un lado, desde que se planteara el proyecto, el aumento de su presupuesto ha hecho que tanto unos como otros hayan decidido esperar a ver si la otra parte movía ficha, una estrategia que, por otra parte, no ha hecho sino encarecer aún más los costes. A comienzos de año, el conseller de Infraestructuras aseguraba que las dos Administraciones seguían apostando por 2015 como fecha para que la infraestructura estuviera finalizada y en servicio. Sin embargo, dos meses más tarde, y tras la reunión entre Flores y Morlán, la situación quedaba en un ‘impass’, aunque se comenzaban a tomar posiciones. El Gobierno Valenciano ha mantenido siempre que, al ser Valencia un puerto de interés general, es Fomento quien debe correr con los gastos (más de 800 millones en total). Por contra, desde Fomento se ha afirmado siempre que es el Consell quien se comprometió a sufragar las obras con la colaboración de la parte privada.

Nadie ha permanecido ajeno a esta polémica. El anterior presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, Arturo Virosque, y las organizaciones patronales valencianas, con CIERVAL a la cabeza, han reclamado siempre la puesta en marcha de esta infraestructura, “vital” para el desarrollo de la economía valenciana. Por otro lado, Ricardo Peralta, delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana afirmaba recientemente, en una comida con miembros de la comunidad portuaria que, según el Protocolo, la Generalitat Valenciana estaba “obligada” a ejecutar el Acceso Norte y acuso al Consell de “alterar” los términos del acuerdo.

Sin embargo, hay otra preocupación, que aunque más latente no deja de representar un problema para la comunidad portuaria y logística de Valencia, por un lado, pero también para la zona colindante del puerto. La ampliación norte que ahora está ejecutando la Autoridad Portuaria de Valencia supondría doblar el tráfico de contenedores que maneja el puerto hoy en día. Eso se traduce en un mayor número de camiones y, por tanto, un mayor incremento del tráfico rodado en el interior y los accesos al enclave. Hoy por hoy, el único acceso para camiones es el de la V-30, que según varias fuentes empresariales consultadas, podría verse colapsado en unos años.

Desde la Autoridad Portuaria de Valencia contemplan con preocupación esta situación. De hecho, Rafael Aznar, presidente de la APV, no contempla un futuro en el que la ampliación esté
a pleno rendimiento con un Acceso Norte no ejecutado.

En la actualidad, la Generalitat Valenciana está ejecutando las obras de la primera fase, que contempla la puesta en marcha de un tercer carril en la V-21 hasta el Barranco del Carraixet.