Un grupo de ex-compañeros de Trafrume revivieron los tiempos de esta compañía
En los más de cuarenta años en que desarrolló sus actividades en el puerto de Valencia, Trafrume se convirtió en una importante cantera y actuó como caldo de cultivo para la formación de grandes profesionales del sector marítimo-portuario, muchos de ellos directivos en la actualidad y al frente de algunas de las compañías más importantes de las que operan en la actualidad en este puerto.
Ocho de estos ex-trabajadores de la compañía, algunos de los cuales volvían a encontrarse veinte años después, se reunieron el viernes en un restaurante valenciano para retomar los viejos tiempos y hablar de lo mucho que ha cambiado, para bien y para mal, el puerto de Valencia en estos años, en un encuentro que esperan consolidar con mayor frecuencia.
A este almuerzo asistieron Rafael Llerena, Alfredo Arlandis, Carlos Cebolla, Enrique Sapiña, Francisco Sanz, Bernardo Vidal, Vicente Pavía, Antonio Font y Salvador Furió. Todos ellos sentaron en Trafrume la base de la que sería luego una próspera carrera profesional.
Trafrume
Trafrume inició sus actividades en Valencia como compañía naviera, consignataria, estibadora e incluso agencia de aduanas en 1942. Fundada con un capital social de 200.000 pesetas por Vicente Iborra Gil y José Vicente Falgás González, la compañía llegó a contar con más de 300 empleados, contando el personal embarcado.
La historia de esta empresa puede dividirse en tres períodos: el de los motoveleros (1943-1955), el de las motonaves (1955-64) y el de los glaciares, de 1964 en adelante. Hubiera llegado a la era del contenedor, sin duda, pero en octubre de 1985 la compañía cesó su actividad en el puerto de Valencia de manera oficial.
En su última etapa, la de los “glaciares”, Trafrume ofrecía servicios de línea regular entre la zona de levante y el Reino Unido y otros destinos de Europa. Además, contaban con líneas regulares que permitían atender el tráfico desde los países productores de fruta, como Brasil, Marruecos, Nigeria, Argelia, Grecia, Turquía, Egipto e Islas Canarias, comunicándolos con los principales mercados de consumo: Francia, Alemania, Países Bajos, Reino undio, Polonia y Rusia. Los buques “glaciares (“Glaciar Blanco”, “Glaciar Azul”, “Glaciar Verde”...) culminaron las expectativas de la compañía. Gracias a las expectativas que abrían estos buques, que contaban con una capacidad y velocidad considerables, Trafrume inició su expansión, estableciéndose en Marruecos, donde constituyó la compañía naviera Navimar.
Inicios
En los inicios de su actividad y antes de llegar a esta época de expansión, Trafrume se centró en el tráfico de naranja a granel entre los puertos de Valencia, Burriana y Gandía y los principales puertos fracneses. Además del tráfico frutero, la compañía contaba con servicios de cabotaje nacional, entre puerto del Mediterráneo y Galicia.
Después de estos primeros años, Trafrume empezó a buscar alternativa y nuevos mercados, dedicándose sólo al cabotaje nacional. El transporte de plátanos desde Canarias a Italia, la naranja de Marruecos a Francia y desde el Mediterráneo a Reino Unido completaron la actividad de la compañía en esta segunda etapa.