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Pedro Coca: “Las personas que quieren salvar a otras deberían ir al psicológo”
PEDRO COCA, PRESIDENTE DE PROPELLER VALENCIA


Si tuviéramos que escribir el currículo de Pedro Coca necesitaríamos más de tres páginas para contar su recorrido profesional, la larga lista de cargos que ha ocupado, tanto en la esfera pública como la privada. Este salmantino de nacimiento, que se siente valenciano por los cuatro costados, es el actual presidente de Propeller Valencia.
VM, 30/12/2019

Pedro Coca ha vivido en primera línea todas los desavenencias que conforman, a día de hoy, la actualidad portuaria y logística de la Comunidad Valenciana. Como ejemplo, señalar que era consejero del puerto valenciano en la época en la que el ex presidente del recinto portuario, Fernando Huet, arrancó la zona la ZAL. Coca se posicionó como una las primeras voces en mostrar su convicción a favor del uso del ferrocarrill, junto al camión, y actualmente, desde la asociación, prepara alegaciones en positivo a la Ampliación Norte. tema espinoso que enfrenta al Ayuntamiento de la ciudad con la comunidad portuaria.

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Pedro Coca es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos


A la vez, es socio de dos empresas de logística que fundó junto al presidente de la CEV, Salvador Navarro. “Hemos pasado malos momentos económicos, pero siempre hemos valorado la amistad por encima de cualquier cosa; la amistad es mucho más importante que el dinero”.

Profesor ya jubilado de la Universidad Politécnica de Valencia, este Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, analiza con pasión cómo el comportamiento individual incide en el conjunto de la sociedad.

“Que no me salven”
Sobre este punto, se detiene a valorar el papel que juegan los movimientos que se denominan de forma genérica salvem. Para Coca, “Las personas que quieren salvar a las demás, deberían ir a un psicólogo. ¿Usted por qué me quiere salvar de nada, de dónde saca su superioridad moral?. Algunos se han investido de salvadores de la patria y así no vamos a ningún lado. ¿Acaso creen que van a defender un mundo más justo para sus hijos que el que yo defiendo para los míos?”, se pregunta.

Para reforzar esta reflexión, el presidente del Propeller, recurre el caso de la zona logística, un proyecto inacabado tras dos décadas:  “¿Alguien cree que el colectivo expropiado no hubiera creado una asociación si quisieran la reversión o hubieran actuado por vía judicia?”.

Lo dice con conocimiento de causa porque durante aquel período fue consejero delegado de VPI y vivió de cerca las negociaciones con los afectados que, según recuerda, se centraban en temas economicos. “Que les digan los salvem que les devuelven los campos de alcachofas y veremos qué dicen”.

“La verdad es que me empieza a agotar la superioridad de algunos que anuncian el apocalipsis”, añade en relación a los opositores a la ampliación del puerto,

“Algunos se sitúan con el lema de entrada,no y así lo único que se genera es miedo, cuando precisamente lo que necesitamos es empoderarnos como colectividad. Los valencianos disfrutamos de una situación privilegiada que otros no tienen, como tres ciudades con tres puertos, y nos dedicamos a darles patadas”, agrega.

Pedro Coca ilustra la anterior afirmación contando el caso de Zaragoza: “Logísticamente hablando, Zaragoza no era nada, pero ha sabido ser el baricentro entre Madrid, Barcelona y Bilbao. Dijeron: tenemos suelo y conectividad ferroviaria, pues vamos a crear la zona logística mayor de España. Y lo han logrado! Por el contrario, aquí hay proyectos que se enquistan años”. “Se confirma, otra vez, que en esta tierra se germinan las ideas, pero luego son otros los que las llevan a cabo”, apunta.

Le gusta detenerse a pensar sobre la sociedad actual, los retos planteados. “Tenemos que ser una tierra donde las personas vivan con dignidad, con buenos niveles de asistencia en servicios públicos, con trabajo: una sociedad con confort, en definitiva. A eso debemos aspirar. Pero me temo que seguiremos con la autocrítica permanente”.

Coca defiende la palabra honestidad por encima de las ideas. “Creo que hay mucha más gente honesta que deshonesta. Kant decía que hasta un pueblo de demonios está condenado a entenderse, Al final, la inmensa mayoría de los seres humanos practicamos una gran honestidad, sino el mundo se hubiera autodestruido. Creo en las personas, aunque soy crítico, igual que acepto que lo sean conmigo”.

Debates estériles
Coca se muestra cansado de tanto “debate esteril en la sociedad valenciana, en asuntos como en la ampliación del puerto”. “¿No sería más sensato ver primero si una infraestructura cumple con la normativa ambiental, española, europea, y luego protestar?. Aquí lo hacemos al revés”,
Sobre el sector logístico, opina que “necesitamos una gran reserva de suelo en el área metropolitana, en un radio de 30 kilómetros, un pulmón que permita flujos ferroviarios; un puerto seco de proximidad”.

Del Corredor Mediterráneo, sostiene que “en la segunda mitad del siglo XXI unirá Europa con África”. Para el presidente del Propeller, el corredor es vital no solo para la economía valenciana, “también, para el desarrollo de África, un empujón socio-económico decisivo para estos países”. “Si queremos resolver ciertos problemas de migración, démosles las herramientas para que puedan crecer. A lo mejor lo veo con mucha grandeza de miras, pero estoy convencido de lo que digo”.

ENTRE LÍNEAS
“Si me pierdo, buscadme en una bibloteca”, avisa Pedro Coca. Lector empedernido, suele compaginar dos o tres libros de forma simultánea, que van de la narrativa al ensayo. Ahora estoy de lleno con Fundamentos de la comunicación no violenta, de Pilar de la Torre, y Frankenstein, la novela de Mary Shelley, personaje que descrubrió en un libro de Adela Cortina sobre la ética y que le atrapó al instante. Aún recuerda cuando hace más de 20 años se fue a Madrid a comprar un libro de logística de Ronald H. Ballou.

Viajero incansable, Tailandia ha sido su último destino. La sierra de Calderona, su lugar para desconectar de todo.

La gran belleza, de Paola Sorrentino, es uno de los clásicos que ve con frecuencia. “Supuso un cambio en mi vida. Sobre todo la frase ya no tengo tiempo para hacer lo que no quiero hacer, una máxima que, a sus 62 aplica en su día. Disfruta en la cocina, sobre todo preparando platos de cuchara, como el goulash o la llandeta, un guiso de pescado que le enseñó un marinero del puerto de Les Basetes. Su carta a los Reyes Magos es modesta: “Seguir disfrutando de la vida que llevo, con mi familia, mis hijos, mis amigos y siguiendo en el Propeller”. “¿Un defecto?. Igual es que sigo muy ingenuo”.



 

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