Veintepies :: “Creo que el puerto de Valencia y la ciudad tienen una gran oportunidad para reconciliarse”

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“Creo que el puerto de Valencia y la ciudad tienen una gran oportunidad para reconciliarse”
MARTA VILLALONGA, jefa del Gabinete de Presidencia de la Autoridad Portuaria de Valencia. Nacida en Valencia en 1967, Marta Vilallonga se formó en Ciencias de la Información en Madrid y ha sido la responsable del Gabinete de Presidencia del puerto en dos etapas: la actual, con Aurelio Martínez al frente de la entidad, y la anterior, cuando presidía la APV Rafael Aznar.
VM, 16/12/2019

“He dado muchos tumbos y creo que los he dado presiamente por ser mujer y por ser mujer nacida en el 67”, dice Marta Villalonga. Así se explica cómo esta licenciada en Ciencias de la Información termina al frente del Gabinete de presidencia de Valenciaport y cómo ha formado parte de uno de los capítulos más largos (y difíciles) de la dársena y que ahora empieza a ver la luz: la Zona de Actividades Logísticas. pic

Villalonga inicia su trayectoria profesional en el ámbito de la comunicación en Madrid y poco después se incorpora a una multinacional de comunicación en Valencia, donde se encarga de una de las cuentas más enriquecedoras, la de Pryca: “En la multinacional aprendí muchísimo de los que es comunicación y del trato con el cliente. Pero era un trabajo muy intenso porque llevábamos toda la Comunidad y Murcia. Cada año recorría más de 70.000 kilómetros. Cuando me quedé embarada decidí dejarlo y monté una agencia, con un perfil muy orientado al marketing, con unos amigos, pero el negocio no fue todo lo rentable que esperábamos”, continúa. Es entonces cuando el azar, le llevó “circunstancialmente a la Administración y luego a Valencia Plataforma Intermodal y Logística, en la que buscaban a un sustituto para cubrir una vacante: “Creo que era 2002 y fue entonces cuando comencé con el tema de la ZAL, llevando la relación con los expropiados. Además, entonces VPI gestionaba temas comerciales y había mucha relación con la APV. Fue entonces cuando Rafael Aznar me trajo como parte de su equipo”.

Así, se embarca en un proceso que califica de “duro”, no tanto por el tema económico, puesto que son muchos los afectados con los que se alcanzaron acuerdos, como por la parte emocional. “Creo que la herida con un determinado colectivo no se va a resolver nunca. Se realizan expropiaciones todos los días, por obras de carreteras o aeropuertos, pero cada uno gestiona las cosas de una manera. Pero también es cierto que conocí a gente estupendísima entre el colectivo de afectados con los que todavía tengo relación”. “Intento siempre ponerme en los zapatos del otro y cuando sabes que el único camino es ese, trabajas convencida de que las cosas están bien hechas”, asegura Villagona.

Reconoce que es posible que el puerto no siempre ha contado con el respaldo necesario en éste y otros temas: “Las batallas del puerto de Valencia siempre han sido las batallas del puerto. En los puertos se genera mucha riqueza, pero el efecto positivo está muy diseminado y el negativo, muy concentrado. Por eso las relaciones a veces se complican. Lo bueno no siempre es tan tangible”.

Puerto-ciudad
A esta realidad se suman algunas peculiaridades. “Valencia nunca se ha sentido una ciudad portuaria y seguramente no siempre hemos sabido comunicar y trasladar el mensaje, pero creo firmemente que las cosas no son blancas o negras y que hay responsabilidad por ambas partes. Creo que el puerto y la ciudad tienen una gran oportunidad para reconciliarse”, prosigue.

No obstante, Villalonga sí confía en que la percepción que del puerto tiene la ciudadanía “no es tan mala como pensamos” y recuerda que “una cosa es la opinión pública y otra la opinión publicada. A veces no son coincidentes”. En este sentido, destaca la labor de Aurelio Martínez, su esfuerzo por establecer espacios de diálogo permanente, y alude a la intención de la APV de avanzar en redes sociales: “Son un espacio necesario para que la gente comparta e interactúe, pero si lo hacemos, lo tenemos que hacer bien y no siempre hemos tenido los recursos humanos necesarios”.

Marta Villalonga conoce de cerca la gestión de dos presidentes, con estilos muy diferentes, y perfiles distintos. Rafael Aznar, el presidente técnico e implicado con el sector y el negocio portuario. Aurelio Martínez, el economista que llega con ansia por aprender y la responsabailidad de desempeñar bien su función.
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PERFIL
Tu mayor virtud. No sé si es virtud o defecto. Sí me creo algo, lo defiendo a capa y espalda. Si me equivoco, no tengo problema en pedir disculpas.

Qué valoras. La honestidad y algo que parece obvio, la normalidad en las personas.
Aficiones. Me gusta el deporte. Intento correr un rato cada mañana. Me viene muy bien para despejar la cabeza, pero también para compensar el apetito. Quiero mantener el chasis, pero no sólo por estética, que también, sino porque soy muy independiente y no quiero depender de nadie.


Un libro. “Manual para mujeres de la limpieza”, de Lucía Berlín. Me gusta el tinte irónico con el que afronta los problemas. Es una luchadora sin drama. Y eso me atrae.

Una película. Lost in translation. La veo muy a menudo. Cualquiera de la saga del padrino y, en mi lado más friki, la saga de La guerra de las Galaxias o El señor de los anillos. Y, claro, siempre Woody Allen. Y la desgarradora Mi vida sin mí, de Isabel Coixet.

Tu música. Identifico momentos de mi vida con determinada música. Me ha acompañado mucho en situaciones complicadas. Soy muy sabinista. Es mal cantante, pero nadie canta como él sus letras.

Por contagio de mis hijas, “The wave pictures”, un grupo pequeño y con música muy fresca, y “Vampire weekend”.


A ambos les une que son buena gente y capaces y personas muy respetuosas con el equipo y eso es algo que valoro especialmente”, explica. “Aurelio aporta esa visión no portuaria. Llegó con la voluntad de hacer una inmersión en el sector para comprender y cuando ha conocido el puerto y lo que representa ha puesto en marcha una firme voluntad por transmitir y por tender puentes con el entorno”, explica Marta Villalonga. “En todo caso, creo que son dos etapas que se han enlazado muy bien y coherentes con el desarrollo del puerto”, añade.

Tras dos décadas vinculada a Valenciaport, todavía quedan muchos (y grandes) retos por afrontar. “Trasladar el mensaje del puerto entre la opinión publicada -sobre todo los medios generalistas, es precisamente uno de los handicaps, pero me resulta atractivo, un acicate.

Como representante del puerto quiero hacerme comprender”. La tarea no es fácil. La APV tiene poco “control” sobre el sector. Es esencial respectar la autonomía y responsabilidad de cada agente de la comunidad portuaria y eso es difícil de gestionar: “No somos responsables de la actuación de un tercero pero sí tenemos la responsabilidad de sensibilizar al entorno”, asegura la responsable de Presidencia.

Echando la vista atrás, Marta Villalonga ha tenido la oportunidad de compartir algunos éxitos de la Autoridad Portuaria, pero también ha hecho frente a situaciones complicadas y de díficil digestión. “He sufrido con temas de la ZAL y también con determinados procesos judiciales. Es complicado tener la información de primera mano, saber que lo que se está publicando no es cierto y no poder hacer nada - recuerda - Venían compañeros y me preguntaban qué se podía saber y yo no podía ayudar. Eso genera impotencia. Me dolía”. “A veces parece que el puerto es frívolo, que sus responsables se despiertan buscando la manera de fastidiar al entorno y no es así. Por nuestra naturaleza asumimos proyectos difíciles de disimular, que requieren largos procesos, autorizaciones, trámites...Por eso creo que los estudios de impacto económico del puerto son importantes”. Con todo, Villalonga cree que la Ampliación Norte cuenta con todos los argumentos necesarios para llevarse a cabo: “Va a salir y si no fuera así me entristecería muchísimo. El día en que empiecen las obras será un momento histórico. Pensaré: lo hemos
conseguido”.

“La autoridad portuaria es un servicio público y yo creo en ello. Me posiciono en favor de la APV pero porque gestiona con transparencia. Confío en lo que hago y creo que hay muy buenos trabajadores en la administración pública. No hablo de servilismo, sino de presentarnos como una herramienta que, dentro del marco que tenemos y de la forma más neutral, actúa como facilitador del comercio y el desarrollo”.

“El primer contacto con el puerto lo tuve de niña de la mano de mi abuelo”
Si a Marta Villalonga le hubieran dicho hace veinte años que estaría en el staff del puerto de Valencia no lo hubiera creido. Su primer contacto con el puerto viene de la mano de su abuelo, abogado de Arlesa (Moyresa), que con su 4 Latas se hacía cargo de los niños mientras gestionaba sus asuntos: “Recuerdo las golondrinas, en las que creo que di algún que otro paseo y Las Arenas, donde iba con mis hermanas mayores”. Pero la sorpresa fue mayúscula cuando aterrizó en VPI: “No tenía el conocimiento ni la perspectiva. Cuando fui consciente de dónde estaba, pensé ¡qué barbaridad!”.

“Ahora lo veo como un gran puerto. Creo que no somos conscientes de lo buenos que somos”.



 

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