La consellera de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, María José Salvador, visitó el viernes las obras de desmontaje de la infraestructura interior de los tinglados 4 y 5 del puerto de Valencia, que se habilitaron como boxes con motivo de la celebración de la Fórmula 1.

Boira y Salvador durante la visita a las obras

Según Salvador, una vez se finalice el desemantelamiento de la infraestructura interior, estas instalaciones se devolverán al Ayuntamiento de porque los “tinglados tienen un alto valor patrimonial y pueden convertirse en un espacio emblemático para la ciudadanía”.

Durante la visita la consellera, que ha estado acompañada por el secretario autonómico, Josep Vicent Boira, y por la directora general de la Entidad de Infraestructuras de la Generaliat (EIGE), Helena Beunza, ha señalado que los tinglados “simbolizan lo que fue la anterior política del gobierno del PP con unos grandes eventos que han supuesto una ruina para la Generalitat”.

De hecho, Salvador recordó que “el Consell anterior prometió que la Fórmula 1 no iba a costar un euro a los valencianos”. Sin embargo, “solo habilitar estos tinglados tuvo un coste de 14,6 millones de euros y solo la anterior conselleria de Obras Públicas ya tuvo que pagar 100 millones de euros, de los cuales hay un crédito de 60 millones que aún estamos pagando cada año con 7,5 millones de euros hasta 2023”, puntualizó.

Por ello, Salvador aseguró que “ahora estamos en la fase de resetear y de reconstrucción, para que este espacio que fue de unos pocos pueda volver a ser de la ciudadanía”.

Según el convenio firmado en la etapa anterior, la Generalitat tiene que retornar los tinglados en su estado original a su propietario, el Ayuntamiento de València, para la puesta en uso de unas instalaciones que han estado abandonadas en los últimos años. Pero esta reversión tenía un coste adicional muy elevado que debía asumir la Entidad de Infraestructuras de la Generalitat (EIGE), cuya actividad principal es la vivienda social.

Ante esta situación, según explicó Salvador, se ha “buscado la mejor solución para evitar más costes a la administración y, por ello, se ha optado por adjudicar a una empresa que compensa los gastos del desmontaje con la revalorización de los elementos de las instalaciones de los tinglados”.

En este sentido, la directora general de EIGE, Helena Beunza, explicó que mediante esta fórmula “se ha conseguido minimizar la inversión de la Generalitat en estas obras de desmontaje, que ascendían a más de 700.000 euros, reduciéndose a poco más de 20.000 euros y, por tanto, ha supuesto un ahorro del 97% a la administración”.

Los trabajos de desmantelamiento se están realizando de manera manual y controlada para que no afecte a la estructura de los tinglados y que los materiales extraídos sean de la mejor calidad para subastarlos y conseguir un mayor rendimiento.