Tanto Josep Andreu como Joan Amorós coincidieron en la necesidad del proyecto del tercer hilo que una el puerto de Tarragona con el ancho europeo, ya que el acceso a los mercados internacionales es indispensable para la competitividad y la reactivación económica de Tarragona y la industria y las empresas del territorio.

Josep Andreu y Joan Amorós

Tras el encuentro, Andreu aseguró que hay interés privado en participar en el proyecto del tercer carril, lo que convierte la iniciativa en más atractiva. En este sentido, defendió la rentabilidad del proyecto del tercer hilo y su provisionalidad mientras no se pongan en marcha las obras del Corredor Mediterráneo. que, según señaló Joan Amorós, están previstas a largo plazo y, por tanto, Tarragona no puede esperar. “El tercer hilo es una inversión de futuro”, destacó Amorós.

Según el estudio del puerto de Tarragona, el coste del proyecto, que uniría Tarragona con Castellbisbal, es de 180 millones de euros, de los que unos 130 ya corresponderían al trazado definitivo del Corredor del Mediterráneo. De esta forma, la línea provisional sería la que uniera Tarragona y Sant Vicenç de Calders, cuyo coste está próximo a los 50 millones de euros.

Fachada marítima
El presidente del puerto de Tarragona reiteró su defensa de la fachada marítima para lograr que la ciudad se acerque al mar, lo que apoya la opción de que el trazado definitivo del Corredor Mediterráneo sea trazar una vía entre Reus y Roda de Barà. Además, reafirmó que Tarragona y el territorio necesitan una solución provisional, puesto que, en la coyuntura económica actual, tanto la fachada marítima como el trazado definitivo del Corredor son proyectos a largo plazo.