El pasado jueves día 15 de Enero la Asamblea General de la Asociación Naviera Valenciana eligió a Vicente Boluda Fos como Presidente de la Entidad.

Dos apellidos con inusual tradición portuaria y naviera en Valencia. La tercera generación en la empresa familiar que ha sabido mantener y potenciar lo que inicio Don Vicente Boluda Marí, su abuelo, hace casi cien años.

Que la Naviera es un ejemplo de perseverancia y de conocimiento a la hora de aguantar cualquier tipo de avatares, lo demuestran sus años de ininterrumpida existencia en la legítima defensa de los intereses empresariales.

Conoció la Monarquía del primer tercio del pasado siglo; la Segunda República; dos Dictaduras y el actual periodo democrático de Monarquía Parlamentaria Juancarlista.

Mientras muchas Asociaciones Empresariales acaban de celebrar su veinticinco aniversario, la Asociación Naviera Valenciana cumplió ya felizmente su centenario.

Todas estas circunstancias obligan a la responsabilidad y a la reflexión no sólo de la persona que están en el primer nivel de la representación empresarial de nuestro puerto sino también a todos y cada uno de los que lo han elegido.

Hace unos días, mi buen amigo Xavier Ribera hacía un alegato a la sordera de muchos de nuestros políticos (Diario El País 12.01.04) que deberían hacer bien lo que deben hacer y dejar los juegos florales para cuando tengan debidamente cumplido este primer objetivo.

Tuve la tentación de responderle, siempre desde la inferioridad periodística por mi parte, con una frase muy suya con la que suele cerrar nuestras tertulias : "Bien, pero esto es lo que da la tierra".

La entrada no casual de Vicente Boluda en la presidencia de la Naviera no se puede interpretar en clave de vanidad y, mucho menos, de ambición personal.

Cuando las industrias tradicionales de la Comunidad Valenciana como el textil, la cerámica, el mueble o el calzado están sufriendo lo indecible para mantener su posición en el mercado exterior. Cuando la única receta aplicable, con un euro fuerte y un diferencial de inflación en clara desventaja respecto a nuestros socios europeos, es el incremento de la productividad, de la calidad y del trabajo bien hecho, las alarmas en el sector marítimo-portuario hace ya algún tiempo que están sonando.

Competir se resume en hacer más cosas por el mismo precio y, si es posible, con menos. Y, muchas veces, por menos aunque no sea posible.

Este es uno de los retos que Vicente Boluda Fos tendrá que asumir durante su mandato porque, gracias a lo que da la tierra, las empresas del colectivo que representa y las suyas propias lo necesitan.