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OPINION

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Veintepies : Opinión
      

Hacienda en Sagunto
Simón Montolío, 11/01/2006

Los empresarios no podemos sino manifestar nuestro rotundo desacuerdo ante la reforma que la Agencia Tributaria proyecta para reducir las competencias de la delegación de Sagunto. ¿Cuál es la motivación que rige este tipo de decisiones?. Sin duda la falta de criterio. Porque hacer frente a este tipo de servicios no deja de ser imprescindible, estemos donde estemos.

Es sorprendente que un organismo estatal, como éste, no se plantee los perjuicios que esta supresión de sus servicios comportará. Sagunto, además de ser la capital de la Comarca, resulta imprescindible para el desarrollo y proyección de la Comunidad Valenciana como foco económico, y también logístico, más importante. Es el núcleo a través del que se tramitan todos los procesos en la comarca del Camp de Morvedre. Más de 15.000 empresas dependen de esta delegación, por lo que si se recortan sus capacidades, se estará obligando a estas sociedades a desplazarse a Valencia para solventar sus trámites burocráticos rutinarios, casi diarios.

Aunque esto no queda aquí. Lejos de intentar mejorar su oferta e incrementar nuestra satisfacción, algo casi utópico, la Agencia Tributaria recorta progresivamente sus brazos de una manera que podría calificarse de aleatoria tras la elección de Sagunto como ciudad para la escisión.

Si la propuesta en sí parece algo descabellado, las razones que el organismo alega para llevar a término tal medida lo son más. Internet es, y nadie lo cuestiona ya a estas alturas, un instrumento indispensable para ciertas tareas cotidianas, pero nos ofrece servicios muy limitados en materia tributaria. Prueba de ello es la baja tasa de declaraciones presentadas mediante esta vía. Además, y lo que es más grave, vendernos una "mejora de las comunicaciones con el Grao" para estos propósitos, y más siendo una verdad a medias.

Si de mejorar la calidad de los servicios se trataba, han fallado rotundamente. Economizar sus procesos les va a costar un enorme malestar social, algo totalmente evitable, y por supuesto absolutamente reprochable. De momento, debemos hacer lo posible para que los responsables de esta decisión sean conscientes del altísimo grado de disconformidad en que han sumido nuestra Comarca.


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