En la época de Franco hizo fortuna aquella frase de "¡Usted no sabe con quien está hablando!". La carga incriminatoria, amenazante y enigmática no se correspondía con el sentido literal y no hacía falta que se dieran ni más explicaciones ni respuesta alguna del destinatario ignorante. Todos sabían, cuando la escuchaban, a que se estaba haciendo referencia.

También durante la Democracia hacen fortuna otras frases como la pronunciada por el President de la Generalitat Pascual Maragall en el Pleno del Parlament de Catalunya el pasado 24 de febrero. ¡ Ustedes tienen un problema y se llama tres por ciento !

No hubo necesidad de decir más. Ni siquiera si se refería al paro, a las listas de espera de la Seguridad Social, a los accidentes de trabajo o al crecimiento del Producto Interior Bruto.

Todos. Absolutamente todos participaron de la intuición colectiva hasta el punto que, sin mediar exigencia de explicación alguna, el jefe de la oposición Arturo Más se tiró a degüello sobre el President amenazando la próxima reforma del Estatut, al estilo de los tiempos en los que gobernaba la UCD y hacían valer sus escaños en la Carrera de San Jerónimo para las curas de urgencia de Banca Catalana.

Y es que "el seny y la pela" son una unidad de destino en lo universal catalán, parafraseando a José Antonio Primo de Rivera.

Quizás por eso, a menos de un mes de la metedura de pata o de que Maragall dijera una verdad como un templo, según se mire, la sordina y el pasteleo vuelven a hacer mella en las relaciones entre socialistas y convergentes catalanes.

Al actual President, además de fallarle la lengua, le falla también la memoria. Ahora resultará que Filesa, Malesa y Time Export se gestaron en Ceuta , y las dificultades en la financiación de los partidos políticos es cosa sólo del resto del Estado, como dicen los que no saben lo que el sustantivo Estado significa.

Pues con todo y decir la verdad, según los últimos sondeos de opinión, Maragall ha bajado en sus índices de apoyo y popularidad aunque casi todo el mundo entendió lo que quiso decir.
Reprochar al último Gobierno de Jordi Pujol la adjudicación a nueve empresas del 70 por 100 de la obra pública contratada se puede entender más como un mérito que como un demérito y demuestra, en cualquier caso, que el Sr. Maragall tiene momentos en los que parece no estar en este mundo. Bien pensado y por lo que estoy escribiendo, yo tampoco. Comencé queriendo hablar de Dios y de los camiones y ya no me queda espacio para cumplir con mi propósito.

Otro día será. Entre las Fallas y la Semana Santa estamos de vacaciones. Y en vacaciones no hay escuela.

Juan M. Esquembre Menor es Consejero de TC Shipping Press