Carta abierta a Francisco Palau
Juan Esquembre, 13/03/2003
Querido amigo Paco:
Quizás a muchos les parecerá extraño que utilice este medio para comentar contigo mi opinión sobre el contenido de la entrevista publicada en Valencia Marítima el pasado día 10 y en la que, para los que no te conocen, haces un diagnóstico sobre la situación actual de la operativa estibadora en nuestro puerto.
Como bien sabes, un empresario como tú, que lleva cuarenta años en este negocio, tiene la suficiente historia para ser un poco más explícito y contar a los nuevos profesionales de la estiba no sólo el porqué hemos llegado a esta situación sino cómo conseguir la inflexión necesaria para ir remediando, poco a poco, este nivel de incompetencia.
Siendo buenos aficionados a la renta variable, hace dos semanas escuchamos al presidente del BBVA renunciar a la “tiranía del perímetro” (sic) en favor de la rentabilidad de la acción. Es cierto, como dices en tus manifestaciones, que lo conseguido hasta ahora ha costado mucho trabajo. Por hacer referencia a uno de los problemas en los que pones mayor énfasis, no he de recordarte la negociación del convenio colectivo de los estibadores de la entonces OTP en los años 1979, 1980, 1981 y siguientes del ya siglo pasado.
Entonces los 2/3 de los componentes de la mesa por parte empresarial se jugaban en el muelle su propio dienro y el tercio restante estaba convencido qeu la empresa en la que trabajaba era la suya propia.
Con toda seguridad, algunos lectores bien intencionados dirán que todo esto son batallitas de senectud, pero la realidad es que hace quince o veinte años ningún medio de comunicación hubiera puesto el titular en primera que nuestro común amigo Carlos Vicedo le ha puesto a tus declaraciones. Simplemente porque no hubiera sido cierto.
Por seguir con palabrería utilizada en la medicina, no debemos confundir la intencionalidad de dar un buen diagnóstico con los deseos del profesional que diagnostica. La buena salud o la curación son un deseo y no la enfermedad. Pero haríamos un flaco favor en ocultarla. Como no creo en la censura, o bien has tenido algún olvido o te han faltado páginas.
La reforma de los servicios de estiba promulgada a mediados de los ochenta y hoy vigente proporcionó un recorrido a la negociación colectiva que las empresas no han sabido, no han querido o no han podido aprovechar hasta hoy.
El resultado que tenemos en salarios y rendimientos es inimaginable en boca de un empresario de la construcción, del textil o del calzado. Y ésta es una explicación pendiente que los empresarios de la estiba teneis la obligación de dar.
No te canso más, querido Paco. Mañana por la mañana, en esa capilla sixtina portuaria que es “El Calabuig” seguiremos hablando, como todos los días, de nuestros vicios y nuestras aficiones, que para eso están los amigos. Recibe un abrazo.