¿Y los demás mientras, qué hacen?
Jaime López, 09/02/2004
En un reciente artículo de la revista American Shipper se analiza lo que están haciendo las navieras en el comercio electrónico.
A pesar de todos los problemas que hubieron en la primera etapa del comercio electrónico las navieras perseveran con sus herramientas de comercio electrónico, mejorando sus sistemas y tratando de convencer a los usuarios de los beneficios de las transacciones electrónicas. No se puede decir lo mismo del resto de participantes en negocio marítimo.
Los usuarios siguen sin demostrar mucho interés por el comercio electrónico, especialmente en España. Aún así los sistemas de comercio electrónico de las navieras y de los portales multinaviera continúan añadiendo nuevas funcionalidades. Así, ya han surgido las primeras aplicaciones que permiten el pago de los fletes a través de Internet. Por otro lado se están desarrollando aplicaciones no conectadas (Off-line), que no necesitan una conexión a Internet potente, incluso no es necesaria la conexión a Internet, basta una línea telefónica. Estas aplicaciones se comunican con los sistemas de comercio electrónico mediante e-mail.
Los últimos años han traído también mejoras en cuanto a usabilidad haciendo las aplicaciones más amigables para el usuario, y pronto también veremos la mejora de la comunicación entre distintas plataformas a través de los llamados Servicios Web.
Fuera de España hay cada vez más embarcadores que realizan sus transacciones y peticiones a las navieras a través de plataformas electrónicas, en lugar de hacerlo por teléfono, fax o correo electrónico. En cualquier caso son una minoría los exportadores y transitarios que envían sus bookings e instrucciones de embarque a través del EDI o Internet.
Para atraer a los usuarios las navieras les están ofreciendo cuatro canales comunicación, así para los grandes embarcadores y transitarios ofrecen el EDI y las aplicaciones de los portales de múltiples navieras, como Inttra y GTN; por otro lado ofrecen los servicios de sus sitios Web; y por último están las mencionadas aplicaciones "no conectadas".
Limitaciones
Algunos de los problemas a los que se enfrenta el comercio electrónico en el transporte marítimo son las dificultades para realizar pagos por vía electrónica, ya que las navieras emiten el B/L contra el pago y que la parte que tiene el original del B/L es el propietario de la carga. En Asia ya se están realizando las primeras transacciones.
Otro problema es la imposibilidad actual de la confirmación instantánea de la reserva, aún es necesaria la participación del personal del portal, con el consiguiente retraso. Las navieras deberían poder ofrecer esta información de manera instantánea, junto a datos como el nombre del barco, la fecha y la disponibilidad de equipo.
Algunos transitarios - pocos en España - tienen sus propios sistemas de comercio electrónico, junto a sus aplicaciones internas, lo que limita el uso que hacen de los sistemas de las navieras. Este hecho puede hacer que sean los embarcadores los mayores usuarios directos de estos sistemas. En cualquier caso las navieras tienen la ventaja de haber buscado la creación de un estándar común a través de los portales.
Los costes
La inversión por parte de las navieras va a continuar, porque la tecnología se ha convertido en un asunto estratégico a largo plazo - algo que suena marciano en España por mucho Plan InfoXXI que saque el Gobierno -. No pensar en el largo plazo fue el principal error de los inicios del comercio electrónico. Entonces los portales, empujados por los inversores, realizaron inversiones que buscaban la rentabilidad (financiera) a corto plazo. El desarrollo actual de las plataformas electrónicas pasa por la aparición, de nuevas funcionalidades como la posibilidad de imprimir facturas y B/Ls en papel en blanco, el soporte de múltiples lenguajes, y el desarrollo de los llamados "servicios Web", a través del lenguaje XML, que frente al EDI permite sistemas más abiertos y flexibles para la integración con otras plataformas electrónicas, buscando facilitar el trabajo al usuario.
Los beneficios
Como se ha dicho muchas veces el comercio electrónico beneficia a los embarcadores, pero también reduce enormemente los costes de las navieras, especialmente en los servicios de atención al cliente. Las tecnologías de la información ayudan a la eficacia operativa. Según un informe de Forrester Research el coste de gestión de una petición de un cliente de transporte marítimo le cuesta al transportista 32,7 dólares por teléfono, 9,1 dólares y 1,2 utilizando servicios por Internet.
Los embarcadores y transitarios pueden encontrar un gran valor en el uso de servicios de comercio electrónico que sean más avanzados y eficientes que los actuales.
Si como dicen los analistas al final el comercio electrónico logra, por fin, atraer gran parte de las transacciones comerciales a muchos les puede coger con el pie cambiado. Por un lado a los transitarios y agentes de aduana, si resulta que algunas de sus intermediaciones acaban por ser innecesarias, por otro los consignatarios en cada puerto verán reducida su participación comercial, convirtiéndose en oficinas operativas y de servicio al cliente.
Las navieras están haciendo las mayores inversiones en buques de la historia, no resulta tan difícil entender que quieran controlar todo el proceso logístico. Empezando por la contratación y gestión completa del embarque; el cobro sin intermediarios; la documentación; las terminales, claro; y acabando por la entrega al cliente final.