La gestión medioambiental incrementa la competitividad
En la actualidad nos encontramos inmersos en una nueva filosofía empresarial, donde la creciente concienciación colectiva, el cambio cultural y la evolución de las preferencias de los consumidores, unido a los cambios en las políticas públicas y en las instituciones, sitúan los parámetros calidad/medioambiente en una de las primeras líneas de la preocupación empresarial.
La empresa, en su afán de adaptarse y en la medida de lo posible adelantarse a las exigencias del entorno en el que se desenvuelve, necesita realizar una gestión total de la organización inscrita en la Calidad Total, donde la calidad primero y el medioambiente después se han convertido en factores claves en la competitividad y de imagen empresarial. En este sentido se encuentra ante la tarea de obtener y emplear indicadores financieros y no financieros que permitan evaluar la gestión que realiza en estas materias, entendiendo que dentro de esta filosofía de Calidad Total quedarían incluidos los Sistemas de Gestión Medioambiental, donde se traten las cuestiones medioambientales de manera proactiva, integrándolas en la gestión global de la organización.
El éxito en la implantación de estos sistemas dependerá de una serie de puntos clave, ya que debe ser una decisión convencida y ejercida por la alta dirección, realizarse con equipos multidisciplinares además de involucrar a todo el personal, así como elegir a un responsable y proporcionar información adecuada a todos los niveles. Entre las principales ventajas que ello puede reportar destacamos, la adaptación a la legislación medioambiental, servir de garantía con valor económico al suponer una reducción de costes relacionados con multas, sanciones, impuestos, ahorros de energía, materiales, etc.; un incremento de la valoración del patrimonio con una mayor facilidad de accesibilidad a subvenciones y créditos; identificación de los riesgos medioambientales, mejora de la imagen frente a los consumidores con el consiguiente aumento de cuota de mercado, y proporcionar información útil a la toma de decisiones empresariales.
La gestión del medioambiente, en estos términos, debe ser desarrollada en todas las fases del proceso de producción, desde el aprovisionamiento hasta la distribución, incluso en el servicio posventa, en definitiva a lo largo del ciclo de vida del producto. En décadas pasadas las empresas se interesaron más por los costes de producción, sin considerar los costes que la actividad económica podía ocasionar al entorno, sin embargo con el paso del tiempo se ha producido un crecimiento en la demanda de información sobre la responsabilidad social y medioambiental de las empresas, tanto en el ámbito externo como interno, siendo oportuno que la profesión contable adopte un rol más activo y sobre todo el contable de gestión ayudando a formular respuestas a estas nuevas necesidades.
En definitiva las empresas deben tener conciencia de cuales son los valores relevantes de la sociedad a la que pertenece, para así desarrollarse armoniosamente con su entorno haciendo compatible la conservación del medioambiente con el progreso tecnológico.