Sembrar el petróleo
La conmemoración del centenario del nacimiento del escritor, político y ensayista venezolano Arturo Uslar Pietri (1.906-2.001), Premio Príncipe de Asturias de las Letras, coincide con la Cumbre Unión Europea Latinoamérica, celebrada la semana pasada en Viena, y con uno de los momentos más decisivos que vive el continente Iberoamericano desde su vuelta, casi generalizada, al funcionamiento de los sistemas políticos democráticos.
Acabada la "guerra fría", comenzó en la década de los noventa el paulatino abandono de las dictaduras y de los regimenes militares para ir asentando los siempre frágiles pilares de la democracia en un continente en el que todavía el 42 por 100 de su población está por debajo de la línea de pobreza y carece de cualquier forma de protección social.
Han pasado los años y ni el ejercicio de la democracia electoral ni los ajustes macroeconómicos liderados por el Fondo Monetario Internacional han conseguido, en buena parte de los países del área, reducir la globalización de la pobreza extrema acortando la brecha existente entre los que más y los que menos tienen.
Uslar Pietri señala en su obra la necesidad de "representar las peculiaridades de lo propio" como único proyecto válido no sólo para su propia creación literaria sino como escenario sociológico para resolver los problemas.
A las políticas de integración empujadas hoy por las grandes potencias se hace necesaria también la consideración específica "de la peculiaridad de lo propio", que decía Uslar Pietri hace ya setenta años.
Latinoamérica, al tiempo que es un mosaico de enorme belleza, no puede ser tratada como una realidad única y uniforme.
Ya en 1.950, en sus artículos periodísticos y en sus programas en la radio y en la incipiente televisión, Uslar Pietri abogaba por un adecuado uso de los recursos naturales con una frase que hizo fortuna: Sembrar el petróleo. Y con ella nos estaba dando las claves para conducir a Iberoamérica hacia un lugar, en el contexto internacional, distinto al que hoy se encuentra.
Cuando este año del centenario finalice, un buen número de países de la Región tendrán nuevos Gobiernos elegidos democráticamente, y el manejo de los recursos naturales continuará, como hace setenta años, estando en el centro del debate político.
Mientras tanto, la mitad de la población latinoamericana sigue necesitando además de los beneficios de la democracia ciudadana, los beneficios de su propio bienestar para albergar razonablemente la esperanza en un futuro mejor.