Logística de Chistera
El presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, anunció el pasado 5 de julio, delante de 200 empresarios nacionales e internacionales, una plataforma logística para relacionar los puertos de Castellón, Valencia y Alicante con una inversión de 230 millones de euros en los próximos tres años.
Una iniciativa, a priori, positiva. Sin embargo, ¿porqué este proyecto no se especificó y concretó en el Plan de Infraestructuras Estratégicas (PIE) 2004-2010?. Si hacemos memoria, el PIE, respecto a Puertos contemplaba las siguientes medidas: - Nueva Ordenación y Jerarquización del Sistema Portuario Valenciano; - Plan de Accesos Terrestres a los puertos de manera que garantice que todos tengan accesos suficientes y técnicamente correctos; - Creación de 10.000 nuevos amarres y de nuevos puntos de acceso ligero al mar para todos los municipios costeros; - Implantar una gestión medioambiental de los puertos valencianos; - Potenciar el tráfico marítimo de cabotaje (Short Sea Shipping). Ordenar y Jerarquizar el sistema portuario valenciano es un objetivo y relacionar los 3 puertos valencianos con una plataforma logística es un objetivo bien diferente. EL PIE decía más: "Castellón, Valencia y Alicante tendrán zonas logísticas de ámbito metropolitano, que se completará con otras instalaciones de menor rango en las cabeceras comarcales destinadas al estacionamiento de vehículos pesados". Este proyecto es el que es y lo que se presentó en Madrid el pasado 5 de julio es otro plan.
Es más, el PIE contemplaba en su Plan de Puertos estas actuaciones con una inversión de 654 millones de euros: - Reestruturación de: Vinaroz; Benicarló; Peñíscola, Burriana; Denia; Xàbia; Calpe; Santa Pola, Tabarca y Torrevieja. Ampliación de: PD El Perelló (Sueca); Marina Nou Fontana (Xàbia); Marina de les Dunes (Guardamar); Denia; PD Puerto Blanco (Calpe); PD Luis Campomanes(Altea); PD La Galera (Altea); Altea; PD Cabo Roig (Orihuela); PD Dehesa de Campoamor (Orihuela); PD Pilar de la Horadada; Nuevos Puertos; Peñíscola; Cala Baeza (El Campello); Varadero (Santa Pola). Y los nuevos puertos: Peñíscola; Cala Baeza (El Campello); Varadero (Santa Pola). Habrá que preguntarse si en esos 654 millones de euros están contemplados los 230 millones de euros de la nueva plataforma logística que integrará los puertos de Valencia, Alicante y Castellón. O se trata de una partida presupuestaria extra.
El pasado lunes 11 de julio el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, junto a la Ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, presentó el PEIT, cuatro días antes de ser aprobado en el Consejo de Ministros. Según Zapatero, en los próximos 15 años se invertirán 250.000 millones de euros, el mayor esfuerzo de dotación de infraestructuras que se ha nunca en España. En pesetas me deja que se lo diga en unos días. Según el presidente, el 50% se dedicará al ferrocarril: "El tráfico ferroviario mixto de viajeros y mercancías es prioritario porque ofrece una doble oportunidad; por una parte, extiende los beneficios de la implantación en España del ancho internacional al tráfico de mercancías y no sólo al de viajeros, al tiempo que permite aprovechar las cuantiosas inversiones en las líneas de alta velocidad". Veremos lo que significa exactamente el concepto de "tráfico ferroviario mixto". Por el momento, ya se aclara que para cubrir esos 250.000 millones de euros se va a necesitar a la iniciativa privada. Zapatero lo explicó así: "El PEIT plantea un modelo diversificado que, manteniendo un fuerte soporte de financiación presupuestaria, posibilita también la colaboración público-privada y de manera importante. Para llevar a cabo las inversiones en carreteras y ferrocarriles de forma más eficiente y ágil, aumentando la participación privada quiero anunciarle que el Gobierno va a crear la Sociedad de Infraestructuras del Transporte Terrestre con una dotación inicial de 500 millones de euros, creación que será con carácter inmediato".
Es casi inhumano creer que las grandes cifras y los grandes proyectos de los Planes de Infraestructuras se convertirán en grandes realidades. Por ejemplo, el AVE de Madrid a Barcelona o el AVE de Madrid a Valencia eran dos grandes proyectos cuyas fechas de finalización se pelean constantemente con sus realidades. Si evolucionamos de los grandes Planes, anunciados a bombo y platillo, a unos Planes de Infraestucturas realistas, estratégicos y especializados, junto al consenso de los colectivos implicados, quizás las carreteras, los puertos, los aeropuertos y las vías de tren nos mirarían con una mejor cara, "sin espinillas".