Las autoridades de Estados Unidos han fijado definitivamente la fecha del 1 de julio de 2004 para aplicar las medidas de seguridad marítima y portuaria a las mercancías y buques que lleguen a sus puertos desde cualquier parte del mundo.

Esto supone que aquellos puertos que quieran mantener su tráfico con Estados Unidos tendrán que establecer una serie de medidas procedimientos y equipos técnicos acordes con las normas de seguridad y que ha establecido el Consejo de Seguridad Marítima y Portuaia del país en cuestión.

La fecha del 1 de julio ya está a la vuelta de la esquina como quien dice y será un reto para la Administración Pública, principalmente la Autoridad Portuaria y la Administración de Aduanas y las empresas portuariasy marítimas, tanto concesionarias de las terminales como de los agentes marítimo estar preparados a la hora de aplicar estas medidas en la fecha señalada.

Ya han pasado más de dos años desde el atentado terrorista a las Torres Gemelas, que fue el revulsivo para que las autoridades estadounidenses decidieran la aplicación de medidas de seguridad mucho más rigurosas y técnicas para la entrada en su país, tanto de pasajeros como de mercancías y por avión y barco, y aún falta mucho trabajo que realizar para poder cumplirlas.

En principio, y puede servir de disculpa, la implantación de estas medidas y de establecer los procedimientos adecuados a las exigencias, porque así se pueden llamar, de los norteamericanos corresponde tanto a la Dirección General de Aduanas como a Puertos del Estado, que tienen que ajustar sus sistemas de inspección y operativos a las normas dictadas por el Consejo de Seguridad Marítima de Estados Unidos. Esta dependencia de las Administraciones señaladas es la que no nos permite conocer con exactitud en qué fase de adecuación e implantación de estas normas y sistemas nos encontramos. Lo que está claro es que a partir de ahora hay que presionar en ese sentido, ya que el tráfico comercial del puerto de Valencia con Estados Unidos es muy importante en exportación e importación y no podemos perderlo. sobre todo si tenemos en cuenta que es un mercado tradicional de Valencia y su comunidad autónoma.

Está claro que cumplir todos los requisitos que contemplan las citadas normas son difíciles de implantar por las partes involucradas, que tienen que estar coordinadas, sobre todo si tenemos en cuenta que serán los propios técnicos y autoridades norteamericanas los que tienen que dar el visto bueno a nuestro sistema de seguridad.

En honor a la verdad, en nuestro puerto ya se han empezado a implantar medidas de
seguridad, principalmente en las instalaciones en las que se manipulan contenedores, así como por parte de los agentes marítimos, que ya cumplen con los plazos de notificación de las mercancías que se van a embarcar en cada buques, amén de otras.

Donde está la esencia de la cuestión es en la elección y adquisición de los equipos de inspección, así como en la cuantificación de los mismos, ya que estamos ahablando de una inversión de unos cinco o seis millones de euros por equipo o aparato de rayos x o gamma.

De ahí la importanica de aceptar en el producto y en el número, ya que el flujo actual de
contenedores en este tráfico no se puede ver perjudicado por diez menos frente a otros puertos o mercados competidores, ya que un efecto negativo puede incidir en un cambio en la cadena de suministro por parte de los importadores estadounidenses. No me estoy refiriendo a nuestro propio país, ya que tanto Algeciras como Barcelona y Bilbao, puertos en los que también se van a implantar estos equipos, estarán en las mismas condiciones, salvo que sus embarques para Estados Unidos sean menores y se deban de establecer los equipos en función del número de contenedores a inspeccionar.