La candidatura presentada por el Real Club Náutico de Valencia ante la Sociedad Náutica de Ginebra, entidad organizadora de la Copa América, la regata más importante del calendario internacional, para convertirse en sede de esta competición en 2007 puede potenciar y condiciones los proyectos de ampliación del puerto de Valencia.

En primer lugar, digo potenciar porque desde las Administraciones Públicas, entiéndase principalmente como Ayuntamiento, pueden ayudar a favorecer la realización del proyecto y su ejecución, ya que esto beneficiaría a la aceleración del ya famoso Balcón al Mar. Esta ejecución está supeditada a la construcción de la conexión entre los dos tranversales (Poniente y Levante) para el tránsito de camiones.

En principio esta conexión estaba proyectada en túnel para salvar la Dársena Interior, lo que puede suponer un plazo de tiempo superior a los dos años.

El Ayuntamiento está volcado en el proyecto de designación de Valencia como sede de la Copa América por los beneficios económicos y la proyección turística de la ciudad que en la edición anterior de esta competición, celebrada en Nueva Zelanda, tuvo. En esa edición el efecto económico de la regata ascendió al 1,1 del Producto Interior Bruto del país, además de asegurar una dotación de infraestructuras inmejorable.

Todas estas ventajas, tanto económicas como publicitarias y de mejora de infraestructuras, está motivando un cambio y, sobre todo, una aceleración en la proyección de las infraestructuras, ya necesarias para atender el tráfico de mercancías y que pueden ser beneficiosas para dotar al puerto de las instalaciones necesarias y en el plazo adecuado para atender el crecimiento de los diferentes tipos de mercancías.

Esta aceleración en la ejecución del Balcón al Mar, para poder atender a cerca de 2.000 participantes, pasa por el crecimiento de la Dársena Interior, uniendo los dos transversales citados y la contemplando la construcción de un canal de entrada desde la zona de Levante.

Esta obra, que estaría realizada en un corto plazo de tiempo, permitiría desviar el tráfico de camiones de la Dársena Interior por encima de estos transversales, permitiendo así la ejecución del Balcón al Mar.

La unión de estos transversales supone desplazar el tráfico de cruceros de la Dársena Interior a la parte de Levante y Poniente, lo que supondrá la habilitación de nuevas instalaciones para atender este tipo de tráfico, lo que puede afectar a las instalaciones de Unión Naval Valencia.

Por otro lado, la construcción del canal también puede afectar al proyecto de ampliación del puerto por su lado norte, que podría quedar dividido en dos partes. Una de ellas por el lado norte, cambiando el diseño de los bocetos conocidos hasta ahora, y la otra por el sur, prolongando hacia el norte la parte este de la ampliación sur, lo que le permitiría contar con dos zonas de ampliación.

Todos estos cambios están siendo estudiados en la actualidad y se deben decidir antes de final de año, ya que contar con nuevas instalaciones portuarias, aparte de la Copa América, es una necesidad perentoria, que podría verse acelerada por la celebración de esta regata, en la que competimos con puertos como Palma de Mallorca, Marsella, Lisboa y Nápoles.

Las cartas ya están sobre la mesa y sólo queda esperar un golpe de suerte.