¡¡Atención, atención¡¡ “Nuevo caso de corrupción en el ayuntamiento de San Quintín de la Morena”. Las trampas urbanísticas no paran y las noticias sobre la llamada corrupción urbanística van deslizándose en un contínuo goteo salpicando a todos los partidos.

Lo que más extraña es que todo esto se sabía cuando estaba ocurriendo y la justicia miraba para otro lado mientras el populacho aplaudía a personajes como el denostrado Jesús Gil y lo subiamos a los altares como parangón del crecimiento económico de nuestro país.

Esta semana ha sido Estepona y el Partido Socialista. Aquí no se salva ni Dios. Y la semana que viene será otro de los muchos ayuntamientos que vieron en su costa la forma de forrarse a toda costa.

Pero parece que toda la culpa la tienen los ayuntamientos. ¿Quién tiene más culpa, el ladrón o el vigilante que se ha dormido mientras robaban?

Pero esto de la trama urbanística no acaba ahí. Sin ir más lejos, la nueva macrourbanización de Cullera está ahí y nuestro gobierno valenciano está dispuesto a recurrir la sentencia en la que la justicia instaba a paralizar esta barbarie urbanística. Primero destrozamos nuestro litoral y más tarde hacemos un simposio internacional contra la deforestación y el calentamiento global del planeta.

Claro que luego se echa la culpa a Greenpeace por la bajada de precios en la costa. Cuando ganaban dinero nadie decía nada y ahora que ganan menos nos quejamos. Hay que crecer, pero con cabeza. Es lo que en muchos años se ha llamado como “desarrollo sostenible”. Pero eso no se ha hecho en España en muchos años, y ahora lo vamos a pagar los ‘pocaroba’...