Tal y como ya sabrán nuestros avezados lectores, el Gobierno Valenciano le ha declarado la guerra a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, obligando a los centros escolares que la impartan en inglés o que, en su defecto, se pueda realizar a final de curso un trabajo en este idioma sin la necesidad de asistir a clase. Esta magnífica idea hay que atribuírsela al conseller del ramo, Alejandro Font de Mora, médico forense en excedencia y hoy máximo responsable de la educación de los jóvenes de la Comunidad Valenciana.

Muchas voces han corrido a mostrar su apoyo a esta idea, con el argumento de que el nivel de inglés entre los escolares valencianos de educación secundaria es muy bajo y que esta es una gran oportunidad para elevarlo. Sin embargo, tras este argumento se esconde un desconocimiento de la realidad del sistema educativo valenciano. Es cierto que el nivel de inglés es muy bajo, pero tampoco es menos cierto que con impartir esta asignatura en esta lengua no se va a solucionar nada, al igual que no se empieza a construir una casa por el tejado. Además, y con esta decisión, el Consell muestra un desprecio bastante considerable por una asignatura que lo único que pretende es dar a conocer valores democráticos, de tolerancia y respeto. Desde aquí aconsejamos a nuestros dirigentes que, para no caer en ningún tipo de discriminación, obliguen a impartir las clases de Religión también en inglés. ¿Se imaginan la reacción del cardenal valenciano?