Ayer nos desayunábamos con una noticia sorprendente: “EE UU derriba con un misil uno de sus satélites espía obsoletos”. Creíamos que era el guión de una nueva película de Hollywood y que los guionistas ya se habían puesto a trabajar tras su larga y ¿fructífera? huelga.

Pero no, era verdad, y nuestro héroe y salvador había sido el ‘molt honorable’ señor George Walker Bush que dio la orden para derribar al satélite borracho que se dirigía contra la tierra.

¡¡Oh, Dios salve a George Walker Bush¡¡ ¡¡Reservemos un día en el santoral para dedicárselo a este héroe de guerra¡¡¡ ¿¡Qué haríamos sin él¡? No sabemos si EE.UU. lo hizo para demostrar su sistema antimisiles pero lo cierto es que a esta ¿gran? potencia se le ha quedado pequeña la Tierra y en cualquier momento la lía en el espacio sideral.

¿Por qué no inventarán un sistema antimisil contra los mensajes de los políticos en época electoral? ¿Y tan sólo hemos vivido la época pre-electoral? Cuando el debate político pasa a convertirse en una oferta de quién da más y cual de los dos líderes nos gusta más es que algo estamos haciendo mal. Por que ese es parte del problema, que las elecciones se han convertido en un cara a cara, sólo hay dos partidos... qué pena...