El Ejército birmano dispara a los manifestantes y mata a 9 personas, incluido un fotógrafo”. “Más de 800 monjes fueron detenidos en redadas nocturnas en monasterios”.

Estos son solo algunos de los titulares que inundan durante estos últimos días los periódicos e informativos sobre la situación que se está viviendo en un país llamado Birmania, tan lejano, tanto en lo geográfico como en lo cultural de España.

A menudo, desde el mal llamado Primer Mundo solemos ver este tipo de noticias como si nada fuera con nosotros, pasamos de ellas y sólo reacionamos diciendo “en esos países siempre están igual”, como si estuvieran viviendo aún en la Edad Media.

En cambio, ¿se imagina alguien la rebelión de los monjes en España? Luchando contra un régimen dictatorial difícil sería. Aunque sí es cierto que en los últimos tiempos los religiosos de nuestro país han salido a la calle “en defensa de la familia” y puede que salgan para ir contra esa famosa asignatura conocida como “Educación para la Ciudadanía” y que todo el mundo sabe que existe pero que nadie sabe de qué va en realidad.

Lo cierto es que las calles están siendo tomadas por los religiosos y aunque difícil es comparar y sacar conclusiones y paralelismos entre situaciones tan dispares parece que las cosas están cambiando, al menos en Birmania...