Hay momentos del día en que las normas y las formas del buen hablar nos invaden a todos. En determinadas ocasiones, mejor dicho, en muchas ocasiones, no parece de buenos modales y de buena educación eso de decir palabras mal sonantes.

Pero hay amigo cuando ‘arribo a casa’ o tengo al lado alguien de confianza, qué bien se queda uno cuando suelta ese ‘me caguen la mar salá’ (por dedir uno de los más suaves).

Parece una sensación similar a esa que nos ocurre cuando tenemos un apretón y tras un rápido paso por el señor Roca decimos ¡joder, y qué a gusto me quedao¡

Pero lo que más llama la atención es el largo número de tacos, insultos y palabras (mal
llamadas) malsonantes del que dispone el castellano. Es curioso, hasta los extranjeros que llegan a España sin saber ni papa de nuestro riquísimo idioma lo primero que aprenden es a decir tacos.

Una propuesta para la Real Academia de la Lengua (si que a ellos corresponden). Si existen diccionarios normales, del castellano antiguo, de antónimos y sinónimos, etc. que publiquen uno de tacos, insultos y palabras malsonantes en general. La verdad es que sería como mínimo curioso, y saber cada uno de ellos de dónde provienen, quién fue el primero,...

Lo más curioso de todo es que en tierras levantinas acostumbramos a hablar en valenciano para cagarse en algo, como si el insulto fuera más suave así, y en realidad el significado de cojones y collons es el mismo en ambos dos idiomas.

Además, un voto por poder cagarse en público sin que nadie nos mire mal. Que empiece el Rey o el Presidente del Gobierno en uno de sus actos oficiales y seguro que se rompen los modales habidos y por haber. Os imagináis que nuestro señor D. Juan Carlos I Rey de España empieza uno de sus discurso en vez de con el tradicional ‘Me llena de orgullo y satisfacción....’ con un ‘Viva la madre que sus parió a tos’... pues ale a cagarse se ha dicho,