La 32ª America's Cup terminó con la victoria de Alinghi, y lo que parecía seguro, segurísimo se torna un poco más incierto. Está claro que a los que mandan en la sartén local les encantaría otro zafarrancho parecido, porque imagínense la cantidad de transformaciones que habría que hacer, las del circuito, las nuevas bases porque algunas están en proceso de desguace y hasta de embargo, etc, etc. ¡Vamos, que no hay "na" como una buena obra en casa de otro!

El caso es que se las pintaban divinas y ahora son mas bien pardas, porque otros puertos europeos como Marsella o Lisboa también quieren su parte del pastel y los no europeos como Dubai quieren su parte y media, desde luego este último sí tiene el dinero para pagarla. Que no es el caso de Valencia que ya está endeudada hasta las cejas y encima aún le piden un canon más alto, 150 millones de euros “in crescendo”. Pero nada, el dinero no es importante en este evento y estamos encantados con Valencia pero nos vamos a vender al mejor postor como siembre.

El caso es que además de la millonada que piden solo por quedarse, más la transformación necesaria en este caso, que tampoco es gratis, hay seres que encima exigen que si el puerto comercial molesta, que si la ampliación también, que si esto no es deporte de masas, que a ver por qué le dejan entrar al populacho; y más lindezas que nos hacen henchirnos de orgullo y emoción.

Además, no entendemos como lo van a hacer todo a la vez, porque se supone que antes de que termine 2008 tienen estar ensayando los pilotos en el circuito, y las bases siguen ahí en medio, y aún hay que hacer las pistas, y lo de saber si somos sede va para largo, y esto es un sin vivir en nosotros, con tantas "tonteridas" que escuchamos por llevar las orejas puestas todo el día, como decía el Miguelito de Mafalda.

Aunque visto lo visto, cada pueblo tiene lo que quiere, y siempre tiene razón, así que aunque no estemos de acuerdo, seguiremos estoicamente y democráticamente los mandados de la mayoría de los valencianos; y veremos con paciencia, tanta como quepa en nuestro cuerpo, correr los autos por doquier y las grúas con nuestro utilitario por cualquier; mientras los veleros, más rápidos del mundo nos sacan el spinaker una vez más, con un poco de suerte.

Entenderán que no podamos eludir nuestro derecho al pataleo.