Desde luego hay de cada vegetal que ha tenido mala suerte en el reparto, es una pena que con tanta riqueza natural a algunos pocos desheredados les haya tenido que tocar no sólo bailar con la más fea sino ser la más fea. Ser “alcaparra” es difícil. Ya de por sí es un nombre preocupante, como “garrapata”, de hecho hay gente que a esos animales también poco afortunados en el reparto, los confunde con esta especie de fruto o baya.

Aunque desde luego hay que atribuirles algunos méritos para seguir formando parte de las especies, a ver si no como han conseguido entrar en el club exclusivo de los variantes, junto a otras especies marginadas como la col, para que las personas ingenuas o poco informadas les hinquen el diente pensando que son otra cosa más apetecible. Está claro que ese aspecto no es original, es la consecuencia de serias determinaciones para cambiar la especie.

Ese fue el resultado de la última crisis de las alcaparras. Nos las imaginamos allí todas reunidas con cara de preocupación y un estado horroroso, porque por algo recibirían ese nombre en la creación, “alcaparra”, tendrían que ser feas con ganas, vamos. Así que allí todas reunidas, circunspectas por lo malos resultados de las ventas, por su posible extinción porque a ver quién es el guapo que decide dedicar su siembra a ellas. Como pueden comprobar una situación poco halagüeña, hasta que a una de las más evolucionadas se le ocurrió la gran idea (para algo tendrán que servir las convenciones) e interrumpiendo el soliloquio de una pesadísima que estaba causando estragos entre la somnolencia de sus congéneres, las iluminó con una buena solución.

Desde entonces, todas las alcaparras decidieron ir disfrazadas siempre de aceitunas con rabo, así pudieron convencer al dueño de los variantes esos para que las incluyera en los botes, no porque quisiera sino porque también se confundió y ellas solas se mezclaron con el resto de sus compañeros para disgusto de los más despistados que esperan comerse una jugosa oliva y se encuentran una especie de melón amargo en pequeño pero con todas sus pepitas.

Aunque el mayor éxito de esta especie difícil pero talentosa es su infiltración en las exquisiteces italianas...las pizzas, menudo logro. Cómo lo habrán conseguido. Cómo para no creer en la evolución de las especies.