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Tropiezos

Clases y clases
Avirul, 22/06/2007

Un año más nos veremos obligados a decir algo de la noche de San Juan, nos da una pereza horrible porque no nos gusta nada lo que esa noche representa, no por nada, sino porque la idea de hacinarnos con miles y miles de personas, sudorosas, oliendo a humo, con más de una copa sobrante, y luego meternos de lleno y al unísono, sin saber qué y a quién pisas, en un mar negro que no sabemos cuántas cosas antinaturales llevará incluidas, nos da mas bien repelús.

Claro, si tuviesemos un gran chalet con playa privada y esas cosas, que tienen los ricos, a lo mejor le tomaríamos el gusto. Es lo mismo que nos contaba el otro día un pobre infeliz que emocionado se embarcó en uno de esos barcos patera para ver la America's Cup, que no volvía más, porque "menudo atropello de gente, con un calor solanero de morirnos, oliendo a bastantes efluvios más malos que buenos, sin entender ni torta de lo que hacían a lo lejos dos barcos con velas, con muchos tíos dentro que se agachaban y se levantabas como si jugarán al corro de la patata". Desde luego la experiencia no es para menos, así que por mucho que intentamos explicarle al pobre señor que eso no era en realidad la America's Cup, porque esta competición precisamente es para verla a lo grande y que en general las personas humanas que se acercan acuáticamente a las regatas iban en yates privados, rodeadas de lujo con todas las comodidades y con grandes manjares.

Tanto que aunque a la mayoría les pase como a él que sólo vean tios en un barco, que eso sí lo ven más de cerca, que van y que vienen, y tampoco entiendan ni “papa”, no importa lo más mínimo. Han pasado un día “chupí piruli, jo tía” y mucho mejor, cuando cuenten a sus amigos lo mucho que ellos han aprovechado este evento tan magnífico.

A estas alturas de la conversación la persona humana nos miraba con mucho recelo y bastante mala cara, con pocas ganas de seguir la conversación que también se nos fueron a nosotros cuando caímos en la cuenta de que en esto como en la susodicha noche de San Juan siempre hay clases y clases.


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