Veintepies :: Solas

OPINION

  Conectar  
|
  Registro  
Veintepies : Opinión
      
Tropiezos

Solas
Avirul, 15/06/2007

Qué difícil es la vida de los que tenemos que cocinar “man que nos pese”. Qué portentoso equilibrio hay que tener innato para que lo cocinado por nuestras madres y nuestras abuelas siempre sea perfecto gastronómicamente hablando.

Nosotros, desde luego, no lo hemos heredado porque cada vez que entramos con la ilusión de la atrevida inocencia a la cocina salimos con los ánimos arrastrados. Aunque peor papeleta tienen las personas humanas que ese día se sienten a nuestra mesa.

Unas lentejas, no tienen porqué tener demasiada complicación. Según nuestra madre se hacen solas, aunque ese término no es demasiado fiable porque nosotros teníamos una bolsa de estas legumbres meses y meses, e incluso nos atrevemos a asegurar que años, con la esperanza de que el día menos pensado al entrar a casa estuvieran ellas solas hechas, pero eso nunca sucedió. Así que pensando en el fraude de esta frase y el consiguiente reproche a nuestra progenitora, nos armamos de valor para volver a entrar en la cocina, tras una acalorada discusión con ella que seguro le hizo arrepentirse del “cacho carne con ojos” que tuvo a bien de traer al mundo hace ya bastantes años. Vamos, el tiempo suficiente para que nos haya entrado el juicio, ese que al igual que las lentejas no parece venir solo.

El caso es que tras decepcionar, una vez más, a nuestra primera y última fan, nos decidimos a sorprender al mundo con nuestra creación culinaria, que va a tener de “to” para que esté bien “güena”. Verdura, toda la que encontramos en al nevera, carne, chorizos del pueblo, y por fin, las ansiadas lentejas consiguen darse su finiquito remojón, bueno lo del remojo es un decir, porque esa parte nos la saltamos, y después de caer en una cazuela en la que tuvieron que entrar con calzador, y estar horas y horas dale que te pego en el fuego el resultado saltaba a la vista. Tanto que era de asustar. Abrías la tapa y ¡Hala!, un hacinamiento brutal haciendo equilibrios para no salirse de la cazuela. Vamos no cabía ni un alfiler. Eso si las lentejas estaban para pocas alegrías bucodentales, vamos, más duras que una piedra.

Está claro que solos, lo que se dice solos, sólo nos quedamos nosotros con nuestra obra.

Antes ni siquiera de saber el resultado desapareció de nuestro alrededor cualquier tipo de vida inteligente o no. Además, las lentejas estabas duras pero solas precisamente, tampoco.


pic

 

Back to topVolver arriba