Veintepies :: Cuando China despierte (I)

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Cuando China despierte (I)
Quim Eugene’s
VM, 09/07/2020

El póstumo exministro de exteriores Fernando Morán ya dejó escrita su visión sobre el futuro de China. En su libro de finales de los 80s, ya dejaba entrever el auge chino en el espectro global, el cual parece haber llegado de manera inexorable e indiscutible.

En nuestro país, hasta hace no tanto tiempo, los chinos se limitaban básicamente a regentar restaurantes de menú de barrio. Posteriormente, pasaron a abrir los bazares 'Todo a 100', mientras a su vez, empezaron a diversificar sus negocios, acaparando bares y cafeterías de toda la vida, abriendo cadenas de fruterías y hasta llegando a iniciar negocios industriales, financieros y de comercio internacional. ¿Quién le hubiera dicho a nuestros abuelos que ahora son los españoles los que hacen cola para pedir trabajo a los chinos? ¿Chinito tú, chinito yo? Todo depende del prisma.

En el espectro internacional, en la historia reciente, China se mantuvo aislada del mundo consumista capitalista dominante, preservando el espíritu comunista que se había alzado al poder, cambiando el milenario paradigma de régimen Imperial (de 5.000 años de historia) por un nuevo sistema comunista-marxista.-leninista. Su estrategia de apertura al mundo, ceñida a los designios de los planes quinquenales del Partido, se ha ido fraguando de manera silenciosa, pasando "de rasquis" en la vorágine de crecimiento generalizado post-Segunda Guerra Mundial. Hasta la Crisis del petróleo, no pasaban de ser meros campesinos, eso sí, con ansias ilimitables de industrialización para acabar ser la fábrica del mundo. Empezaron copiando con burdas imitaciones de los productos occidentales, priorizando precio a calidad.

Pero su estrategia combinada de comunismo-capitalismo intervenido parece haberles funcionado en el tiempo. Hoy ya han absorbido el know-how tecnológico de las empresas extranjeras que produjeron en China en las 3 décadas precedentes, llegando a niveles punteros en la mayoría de los sectores. Haber sacrificado un par de generaciones, "trabajando como chinos", ahorrando e invirtiendo les ha permitido consolidar grandes empresas y conglomerados de gran volumen. Un mercado interno, cerrado, de más de mil millones de consumidores, ayuda a generar empresas importantes.

En los últimos años, la actitud china hacia el extranjero ha cambiado radicalmente. En China, se solía mostrar un trato de respeto, servicial y ciertamente sumiso hacia el extranjero. En el último quinquenio, ahora el chino mira por encima del hombro al extranjero, llegando a niveles de ninguneo. Es natural, dado que muchas posiciones han cambiado. Antes cuando el jefe era el occidental, le hablaban de usted, ahora que ellos son los jefes o dueños, les tutean. Este cambio de actitud, subidón de la personalidad china, es parte de los planes del Partido.

Globalizar su programa ha sido basado en inversiones y tratos con países de interés chino. La nueva ruta de la seda (BRI) ha sido un argumento de peso para invertir en infraestructuras logísticas, generando vías directas de transporte desde China a todos los destinos del mundo comercial. Ferrocarril, carreteras, puertos, aeropuertos, aerolíneas, navieras, transitarias…

China empieza a poseer todas las piezas del tablero de juego logístico, que combinado con la
producción, echan en falta el último factor clave de la ecuación simple del comercio: el mercado, el consumidor, el comprador. Ya ostentan la producción, y tienen las formas logísticas para mover sus productos, pero alguien les tendrá que comprar sus productos.

Fernando Moran predijo que China podía evolucionar de 2 maneras. Sucumbiendo al capitalismo, fagocitado por el modelo de Hongkong, y segundo, en un conflicto bélico con EEUU por la isla de Formosa…


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