Julio Villaescusa, presdiente de Fenadismer, Ignacio Cepeda, presidnete de la Fundación Guitrans, Carlos Prades, presidente de FVET, y Manuel PérezCarro, secretario general de FROET, participaron ayer en la mesa de debate que analizó la situación actual del sector y las negociaciones con la Administración.

La mesa debatió la situación actual del sector

Villaescusa reclamó el consenso, no el diálogo, como la ñunica vía para avanzar en mejoras y reconoció que en los últimos tres años sólo se ha avanzado en las medidas sancionadoras contra la morosidad, pero no en temas tan vitales como los peajes y los pesos y dimensiones.

Asistentes al encuentro de Valencia

Para el responsable de Fenadismer, hay al menos seis factores que influyen en que la situación sea “dramática”. El primero de ellos sería el sistemático “engaño” por parte de la Administración hasta llegar a un punto en que el sector se encuentra facturando un 45% menos (en torno a 13.000 millones de euros) de lo que le cuesta prestar el servicio. Además, en este lento avance influye, en su opinión, la falta de consenso entre los representantes empresariales del propio sector. También la presión de los cargadores es clave: “Con ellos es imposible alcanzar acuerdos; son los más duros de la UE”. Villaescusa también aludió al rechazo de la sociedad hacia el sector, al que sólo se valora en situaciones de riesgo de desabastecimiento. En quinto lugar, Julio Villaescusa citó la propia naturaleza de los transportistas (“Convocamos una huelga, pero que la hagan otros”) y finalmente aseguró que si bien la flota de camiones y los conductores son de primer orden no ocurre lo mismo con fabricantes y petroleras.

Asisten empresarios de toda España

Por su parte, Ignacio Cepeda reconoció que el sector no ha logrado ser valorado como esencial y también que la Administración dilata la adopción de medidas para ayudar al transporte.

“Mientras tnato, estamos perdiendo capacidad inversora y son muchas las empresas que tienen problemas de liquidez”. Carlos Prades se mostró particularmente auto-crítico: “No somos capaces de aunar opiniones y tener cohesión ante la Administración, cuando nuestros problemas son más comunes que nunca”. El presidente de la FVET reconoció la falta de atención de la Administración, pero también otorgó un elevado nivel de responsabilidad al propio sector: “Nos mimetizamos más con los políticos que con nuestras bases por ser políticamente correctos”, aseguro. “Y no soy muy radical, sino que estoy muy cansado. No quiero ser el más crítico con nosotros mismo, pero creo que deberíamos cerrar las empresas de transporte y abrir consultorías. Somos fantásticos analistas de nuestros errores pero fallamos en el momento de ver qué hacemos ahora”, apuntó Carlos Prados. Para el presidente de FVET los transportistas tienen que “creerse” que merecen lo que piden, reforzar su carácter empresarial y no tener que “mendigar”, por ejemplo, que un cliente pague en tiempo y forma, cuando esto forma parte de una relación comercial normal.

Prades con algunos de los participantes

Menos crítico con el sector fue Pérezcarro, que, por el contrario, atribuyó gran parte del fracaso del sector en estas negociaciones a la falta de apoyo de las bases: “El hombro se arrima cuando hay detrás un ejército que apoyo a los dirigentes que se baten el cobre”. “No avanzamos porque no vemos a nadie detrás. Es un sector narcotizado, con un montón de problemas y con falta de respaldo”, continuó. Para el secretario general de FROET, cualquier empresa que diga que no puede parar tres días “está mintiendo”. “Todas las empresas pueden parar tres días y no pasaría nada y a cambio tendríamos muchísimo que ganar”, añadió Pérezcarro, que identificó un sector débil, completamente atomizado y necesita ganar el respeto de sociedad y Administración, al tiempo que hace frente a la presidón de los cargadores.