Adif inició el pasado lunes una nueva fase del conjunto de obras para la modernización de la infraestructura en la línea de ancho convencional entre Barcelona y Zaragoza.

El objetivo de estas actuaciones es optimizar el estado y los parámetros de las instalaciones ferroviarias para aumentar sus niveles de seguridad, fiabilidad, eficacia, calidad, disponibilidad, regularidad de las circulaciones y eficiencia de la explotación, además de reducir la probabilidad de incidencias que puedan alterar el tráfico ferroviario.

Estos trabajos forman parte de un plan de mejora de esta línea iniciado en septiembre de 2014 y que se está desarrollando en diversas fases, mediante diferentes actuaciones, tanto de mejora como de mantenimiento preventivo y correctivo.

Entre otras operaciones de esta nueva fase, figura la sustitución del carril en varios puntos de los trayectos Riba-roja-Flix, Marçà-Pradell y Riudecanyes-Reus, así como la renovación de traviesas entre Borges del Camp y Reus. Además, se ejecutará el tratamiento de trincheras en cinco puntos del tramo Ascó-Móra la Nova con el objetivo de evitar desprendimientos. En este último trayecto también se culminarán los trabajos de acondicionamiento de vía para garantizar así sus óptimos parámetros tras verse afectado por dos descarrilamientos de trenes de mercancías.

Otras operaciones en infraestructura y vía consistirán en la sustitución de desvíos o cambios de aguja en las estaciones de Flix y Ascó, y el tratamiento de estos aparatos en Móra-la Nova, Marçà, Riudecanyes y Les Borges del Camp, así como trabajos de renovación en dos túneles.

Por otro lado, se realizarán operaciones de mantenimiento preventivo, la sustitución del hilo de contacto, la mejora de las protecciones y otras actuaciones en el sistema de electrificación en los tramos Faió-Reus y Móra la Nova-Reus.