Fomento mejora la conectividad de Burgos con una nueva autovía
El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, asistía el pasado 22 de diciembre a la puesta en servicio del tramo Villalbilla de Burgos-Quintanadueñas de la Circunvalación a Burgos BU-30.
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| Un momento de la presentación de la nueva autovía |
Este tramo se une al que une Quintanadueñas, Villatoro y Villímar, que entró en servicio en julio de 2015, con lo que finalmente se completa así el anillo de circunvalación a Burgos.
La circunvalación de Burgos BU-30 mejora de este modo la conexión entre las numerosas infraestructuras viarias que hacen de Burgos un importante nudo de comunicaciones: la autovía A-62 hacia Palencia, Valladolid y la frontera con Portugal; la autovía A-1 hacia Madrid; la carretera N-120 hacia Logroño; la carretera N-I y la autopista AP-1 hacia Miranda de Ebro y el País Vasco; la autovía A-73 hacia Aguilar de Campoo y la autovía autonómica A-231 hacia
León.
De esta forma se canalizará el tráfico de largo y medio recorrido por una infraestructura de gran capacidad y buenas prestaciones, evitando el tránsito por el núcleo urbano de la ciudad.
La nueva BU-30 también supone una importante mejora en el acceso hacia el polígono industrial de Villalonquéjar.
Para la ejecución de este tramo de autovía ha sido necesario invertir 82 millones de euros, de los cuales 74,8 millones de euros corresponden al contrato de obras, y el resto a los costes de expropiaciones, redacción de proyecto y contrato de control y vigilancia de las obras.
Se trata de un tramo de autovía de nuevo trazado de 9,1 kilómetros que discurre por los
términos municipales Burgos, San Mamés de Burgos, Villalbilla de Burgos y Alfoz de Quintadueñas.
Discurre en dirección Oeste-Este entre la autovía autonómica A-231 y el enlace de Quintanadueñas, donde enlaza con el tramo ‘Quintadueñas-Villatoro-Villimar’ de la BU-30, puesto en servicio en julio de 2015. La conexión del tramo Villalbilla de Burgos-Quintanadueñas con la autovía BU-30 en la zona Oeste se plantea como una confluencia-bifurcación entre autovías, permitiendo circular en las adecuadas condiciones de comodidad y velocidad.
La autovía está formada por dos calzadas de siete metros de anchura, con dos carriles de 3,5 metros por sentido, arcenes exteriores de 2,50 metros e interiores de un metro, separadas por una mediana de cuatro metros. La velocidad de proyecto es de 120 kilómetros por hora.
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