En abril, el Ministerio de Transportes impulsó un nuevo Decreto de ayudas económicas para sufragar los costes de obtención de permisos de conducción de camión y autobús, aunque restringido exclusivamente a los alumnos que consigan el título de Formación Profesional (FP) en conducción de vehículos de transporte por carretera. Esta iniciativa busca afrontar la alarmante escasez de conductores profesionales que afecta al sector del transporte por carretera. Desde FENADISMER y otras asociaciones del sector consideran que esta problemática, lejos de resolverse, “se va a ir agravando con el tiempo debido al envejecimiento de los conductores profesionales actuales y a la falta de relevo generacional”.

La preocupación se fundamenta en datos demográficos. Según FENADISMER, más conductores se jubilan que los que se incorporan al mercado laboral. Actualmente, el 64% de los conductores con carnet C+E tiene entre 45 y 65 años, y se calcula que hay unas 30.000 vacantes sin cubrir en España. Por tanto, la medida del Ministerio se percibe como insuficiente para responder a las necesidades reales del sector.

Las organizaciones que integran el Comité Nacional de Transporte por Carretera advierten de que la nueva línea de ayudas “va a tener un efecto muy limitado”. Esto se debe a que, según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional, solo unos 200 alumnos cursan el título de FP en conducción de vehículos de transporte por carretera en toda España. Esta cifra representa menos del 1% del volumen de nuevos profesionales que el sector necesita en la actualidad.

Ante esta situación, las asociaciones de transportistas reclaman al Ministerio de Transportes que adopte medidas más ambiciosas. En concreto, proponen establecer una segunda línea de ayudas dirigida a todas aquellas personas que obtengan el Certificado de Aptitud Profesional (CAP). Según los transportistas, esta medida contribuiría “a romper la barrera económica que supone la obtención de ambas titulaciones”.

Sugerencias
Para ello, el Comité Nacional de Transporte plantea un sistema de “cheques formación”, inspirado en programas desarrollados con éxito por algunas comunidades autónomas. Este mecanismo consistiría en conceder ayudas de aproximadamente 600 euros a quienes hubieran obtenido el CAP inicial y lo solicitaran, hasta agotarse los fondos. Dichos cheques podrían canjearse en cualquier centro de formación autorizado tanto para impartir el CAP como los permisos de conducir profesionales, siempre que estuvieran adheridos al programa. Esta propuesta seguiría un modelo similar al “cheque moderniza” promovido anteriormente por el propio Ministerio de Transportes.

Mediante la puesta en marcha de estas medidas, el sector busca facilitar el acceso a la profesión y garantizar el relevo generacional en el transporte por carretera.