La silicona tiene un papel fundamental en la fabricación de automóviles, aviones, trenes y barcos. Garantiza la seguridad de estos medios de transporte ya que son altamente resistentes y sus propiedades no empeoran con el paso del tiempo.

Uno de los aspectos clave del uso de la silicona en el transporte es la eficiencia en el consumo
del combustible. A través de su uso se pueden llegar a ahorrar 200 euros por automóvil al año.

Los componentes de silicona contribuyen a reducir el peso de los vehículos, por lo que se consigue una mayor eficacia en el uso del carburante y una menor emisión de gases contaminantes. El estudio ‘Si Chemistry Carbon Balance’ (Denkstatt) concluyó que, gracias a la reducción del peso de los vehículos por el uso de componentes fabricados con silicona se puede ahorrar hasta un 20% de combustible.

El uso de siliconas prolonga la vida útil de los medios de transporte, mejorando su rendimiento y seguridad, aportando una protección efectiva contra la humedad, la suciedad y los golpes.

Contribuyen a incrementar la seguridad y reduce los accidentes en carretera.