Puertos de montaña con pendientes de gran desnivel, condiciones climatológicas adversas y cambios de localización diarias son retos recurrentes para Dachser que, por décimo año, se pone al servicio de la cita deportiva como su compañía Logística Oficial. Todos estos desafíos no serían superados sin la profesionalidad y el buen hacer del equipo logístico que va unido a la marca Dachser. Estos 40 trabajadores que la compañía pone a disposición de La Vuelta son la cara menos visible de esta competición y los que realmente la hacen posible.

Al volante del recorrido de La Vuelta
Entre este grupo se encuentra Valentín Grueso, coordinador de los conductores del despliegue de 27 camiones que transportan durante el evento las vallas, el merchandising y los vehículos adaptados para podio, bar-restaurantes, control de firmas, centro para medios y equipos sanitarios, entre otros. Valentín es conductor de Dachser en La Vuelta desde 2009, por lo que en 2018 cumple también con la marca 10 años de presencia en la competición. De este periodo extrae un balance muy positivo, “de todo lo vivido profesional y personalmente en La Vuelta destacaría sin duda el compañerismo y a todas las personas que he tenido la oportunidad de conocer, desde a las principales figuras actuales y pasadas del ciclismo, como Perico Delgado, Óscar Pereiro, Alberto Contador o Alejandro Valverde, pasando por la organización, periodistas, etc.”. Además recalca que “es un evento deportivo que se vive a lo largo de todo el año. Normalmente los aficionados a esta carrera no son conscientes de los meses previos de rigurosa organización logística con visitas in situ a cada salida y meta. Sin duda, repetiría 10 años más”.

Los conductores Dachser en La Vuelta cuentan en su mayoría con diferentes años de experiencia prestando su apoyo logístico a la competición. Sin embargo, cada año se incorpora algún nuevo compañero como es el caso de Jonathan Hidalgo, quien forma parte por primera vez del motor que mueve La Vuelta en esta 73º edición. Este profesional se encarga durante la carrera de la gestión del vehículo Dachser de lonas dedicado al transporte de las vallas que delimitan el recorrido en cada meta. La compañía destina, en este caso, cuatro vehículos de vallas para los puntos de meta y otros cuatro en salida. Jonathan muestra su asombro frente a la potente actividad logística que implica la carrera: “No esperaba la enorme capacidad de la organización que supone un evento como éste”, comenta el conductor, aficionado al ciclismo y fan de Alejandro Valverde, a quien considera “un buen candidato para ganar este año”. Jonathan asegura que, el año que viene, “repetiría sin duda la experiencia como conductor, especialmente por poder sentirme parte del complicado engranaje de La Vuelta y por poder conocer sitios tan bellos de España”. La unión de este grupo, su coordinación y entendimiento son los que realmente mueven con gran responsabilidad el despliegue adaptado a cada recorrido. Dachser patrocina, además, el Premio a la Clasificación por Equipos, que supone un reflejo de la relevancia del trabajo en equipo para la compañía, uno de sus principales valores.

Un punto de encuentro entre los aficionados y la compañía
La Vuelta se ha consolidado además como un punto de encuentro excepcional para establecer nuevas relaciones comerciales y para consolidar la imagen de marca de sus patrocinadores. Es aquí donde entra en juego el equipo encargado del patrocinio de Dachser en la competición.

"Es muy emocionante ver la cantidad de personas que se acercan al stand y la carpa de Dachser en cada salida y meta; el juego virtual con bicicleta estática y la carrera de mini camiones teledirigidos generan mucha expectación y ayudan a fomentar la notoriedad de nuestra marca”, remarca Sergio Oliver, coordinador de las acciones de patrocinio de Dachser en esta edición. Sergio lleva tres años dedicado a este cometido en La Vuelta y ha apreciado que “cada vez se mejoran más los pequeños detalles para divertir a los aficionados y visitantes en cada etapa y poderles ofrecer actividades vinculadas al ciclismo, pero también a nuestro propio negocio”. Sergio tiene clara cuál es una de sus mayores satisfacciones durante estas tres semanas de intenso trabajo: “ver la cara de felicidad de todas esas personas, normalmente de pueblos pequeños, que disfrutan por primera vez de la experiencia de estar cerca de sus ciclistas favoritos; hacerse fotos e incluso hablar con ellos; una sensación única”, concluye.