El presidente de ATEIA-OLTRA Barcelona, Emilio Sanz, aprovechó ayer su intervención en una jornada coordinada por la asociación sobre la gestión de pagos en el Salón Internacional de la Logística para aludir a una de las amenazas a las que se enfrenta el colectivo transitario: la competencia desleal y el intrusismo, en cuya supresión hay que trabajar como algo “prioritario”.

Emilio Sanz insistió en el importante papel que juega el transitario en el comercio internacional

“Son muchos los que caricaturizan la figura del transitario y, paralelamente, sorprende el número de empresas no transitarias que imperan en el mercado haciendo la función propia de este colectivo y que, sin embargo, no cuentan con autorización o con el correspondiente certificado que así lo acredita. Esto sólo tiene un nombre: es competencia desleal e intrusismo”, señaló Sanz.

Según el presidente de ATEIA Barcelona el transitario no es más que el cliente de la naviera, la consignataria o las empresas de transportes de contenedores y se mostró seguro al asegurar que es la figura que más carga aporta. Para Sanz, es el profesional que ofrece al importador y exportador garantías, facilidades en los transportes más complejos y experiencia, al tiempo que permite que su cliente identifique con rapidez las responsabilidades que se requieran: “El cliente cuenta con un único responsable para el transporte y puede pedirle responsabilidades en su propio domicilio”, prosiguió.

Asistentes a la jornada organiza por ATEIA Barcelona

Gestión de pagos
En esta misma jornada Pedro Tort-Martorell y José Antonio Teijelo, de INFORMA D&B, se encargaron de explicar los cambios que se han producido con la irrupción de la digitalización y presentaron sus servicios para facilitar la gestión de pagos a las empresas transitarias. En este sentido, Teijelo recordó que es esencial “tener visibilidad sobre el árbol de familia de un mismo cliente”, puesto que representa una fortaleza para agilizar la gestión de pagos.

Además, aseguró que en los últimos años el crecimiento de las exportaciones no sólo ha actuado como palanca para el cambio económico sino que se ha transformado en un elemento estructural, de manera que tener un conocimiento de la gestión de pagos a nivel internacional se ha convertido en una clara ventaja competitiva.