El grupo Kawasaki Kisen Kaisha (‘K’ Line) y la compañía Gemadept Corporation han puesto en marcha una ‘joint venture’ en Ho Chi Minh (Vietnam) con el nombre de ‘K’ Line-Gemadept Logistics (KGL), especializada en servicios logísticos, que ha iniciado sus operaciones especializándose en la gestión y el transporte de vehículos.

Según ‘K’ Line, recientemente se ha incrementado la demanda de servicios vinculados al movimiento de automóviles en países asiáticos que están experimentando un sólido crecimiento económico.

“Con los conocimientos combinados de las dos compañías, KGL proporcionará servicios de valor añadido que puedan satisfacer con éxito las necesidades logísticas de los vehículos de pasajeros, de los camiones y de la maquinaria de construcción en Vietnam”, indicaron desde la compañía japonesa.

Así, esta ‘joint venture’ se ha asegurado un espacio de 20.000 metros cuadrados en un parque industrial cerca de la Saigon Premier Container Terminal en la que los buques ‘pure carriers’ de ‘K’ Line recalan regularmente y en la que la compañía ha puesto en marcha un nuevo Vehicle Processing Center.

KGL también expandirá su gama de servicios para incluir soluciones como inspecciones previas, instalación de sistemas de DVD, reparaciones y lavado a partir de enero del próximo año 2017.

Según el Plan de Gestión a Medio Plazo de ‘K’ Line, el segmento ‘Logistics Business’ es un sector que genera beneficios estables y, al promover esta estrategia, el grupo mejora aún más las soluciones logísticas para automóviles que ya presta en Indonesia, Tailandia, Singapur, la India, Australia y Brasil.

La compañía nipona dispone de delegaciones en España.

La naviera cosecha pérdidas en su primer semestre fiscal
El grupo Kawasaki Kisen Kaisha (‘K’ Line) ha cosechado en el primer semestre de su ejercicio fiscal -que abarcó del 1 de abril al 30 de septiembre- unas pérdidas de 498 millones de dólares, frente a los beneficios obtenidos en el mismo periodo del año anterior.

En esos seis meses, ‘K’ Line registró además un resultado de explotación negativo de 261 millones de dólares y sus beneficios se redujeron en un 26,5% hasta los 4.857 millones de dólares.

Según la naviera, el transporte internacional de contenedores se enfrentó en ese tiempo a “condiciones de mercado adverso”, en parte por el desequilibrio que aún mantienen oferta y demanda, fruto de la entrada en servicio de mega-buques nuevos, por lo que la compañía se enfrentó a “problemas operativos”.

En esa primera mitad del ejercicio, el volumen de tráfico de “K” Line aumentó un 2% en la ruta Asia-Norteamérica mientras que en el caso de la ruta entre Asia y Europa descendió en apenas un 1%. En la ruta intra-asiática el retroceso fue del 5% y en las rutas Norte-Sur, el movimiento de mercancías creció un 6% interanual.

En cuanto al movimiento de graneles sólidos, las tarifas también se mantuvieron a un nivel bajo, por lo que el grupo se esforzó en mejorar la rentabilidad reduciendo su flota de buques a través de una reforma estructural de sus actividades. Pese a ello, los resultados fueron inferiores a los del mismo semestre del ejercicio anterior.

También segmentos como el logístico y el transporte de material rodante y de graneles líquidos redujeron su rendimiento con respecto a 2015.

Para el conjunto del ejercicio, ‘K’ Line prevé cosechar unas pérdidas de 900 millones de dólares y unos ingresos operativos 9.293 de millones de dólares.