Tarragona trabaja para convertirse en una alternativa sólida para las navieras de cruceros
El puerto de Tarragona cree en el tráfico de cruceros. El enclave catalán ha decidido empezar la casa por los cimientos y ha encargado a la consultora Bermello & Ajamil, especializada en proyectos vinculados con esta industria, la elaboración de un proyecto para la construcción de una zona operativa para los buques de crucero.
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Josep Andreu, presidente del puerto de Tarragona, y Alba Colet, Cruise Consultant del puerto de Tarragona |
“Pensamos que para acometer el diseño y la planificación de esta infraestructura teníamos que acudir a una consultoría experta -explica el presidente del puerto de Tarragona, Josep Andreu-. La planificación tiene como elemento novedoso el hecho de que incluye un estudio de mercado entre las principales navieras para concluir qué requisitos deben tener las nuevas instalaciones. Logramos, por tanto, un doble objetivo, el estudio de mercado propiamente dicho y dirigido a construir esta área y, por otra parte, difundir el nombre y característica de Tarragona entre las principales compañía navieras”.
Nuevo equipo
Hasta ahora Tarragona no había logrado posicionarse en el mercado de cruceros, pero ahora confía en estar en la buena dirección y en poder convertirse en una alternativa realista y sólida para las navieras: “Las compañías de cruceros están reinventándose y que pensando en nuevos destinos y estrategias para sus circuitos y creemos que es indispensable conseguir que el nombre de Tarragona empiece a escucharse y podamos ser una opción”.
En la línea de esta estrategia la Autoridad Portuaria ha renovado su equipo de cruceros y desde el departamento comercial cuentan con un estudio propio para definir a qué tipo de navieras dirigirse. Serían las de barcos medianos y tipo Premium y ya se han identificado unas diez compañías que podrían estar interesadas en el puerto de Tarragona: “Estamos visitando a estas compañías en sus oficinas e identificando quién tiene la capacidad de decisión de las navieras”.
Con todo, para este año el puerto de Tarragona tendrá ocho escalas de cruceros, un buen primer paso para lograr los objetivos finales: “Esto significa que vamos en la buena dirección y nos gustaría que en cuatro o cinco años puedan llegar a Tarragona entre 30.000 y 50.000 cruceristas. Queremos empezar de forma modesta pero sólida para luego poder ir creciendo”.