Según informa el International Dockworkers Council (IDC) los ocho portuarios de Corrientes que fueron expulsados de su puesto de trabajo se encuentran en una situación límite. “Los trabajadores asisten atónitos a la pasividad de las autoridades a la hora de hacer cumplir la ley”, afirma IDC.

Corrientes en un importante puerto fluvial situado en la frontera entre Argentina y Paraguay.

En los últimos años, el volumen de mercancías se ha incrementado lo suficiente como para generar grandes beneficios a las empresas que allí operan. Sin embargo, estos beneficios no se han traducido en una mejora ni de las instalaciones, ni de las condiciones en las que se desenvuelven los trabajadores, según informa IDC. Asimismo, el sindicato argentino SUTAP, que cuenta con el apoyo de homólogo internacional, ha denunciado las condiciones laborales que sufren los trabajadores de este puerto, así como la falta de inversión en mantenimiento de la maquinaria y medidas de seguridad.

Una parte de las instalaciones de Chaco S.A. en Corrientes fue incluso clausurada ante las repetidas denuncias de SUTAP y del IDC, sin embargo, los sindicatos todavía no han conseguido que la empresa readmita a los ocho trabajadores despedidos por denunciar estas condiciones de trabajo.

En esta situación el IDC “quiere reiterar su apoyo incondicional a la lucha que mantienen los “ocho de Corrientes” por defender la dignidad de los trabajadores. La mejora de las condiciones laborales no está reñida con el crecimiento económico de los puertos. Sólo desde el diálogo con los sindicatos y a partir de la estabilidad de las plantillas los trabajadores se afrontar la gestión adecuada de un puerto”, señala el IDC.