La lucha de los portuarios argentinos comienza a adquirir tintes épicos. Ignorados por el gobierno y la empresa Chaco, los ochos trabajadoresde Corrientes que fueron expulsados de su puesto de trabajo mantienen un pulso desigual con una compañía que ha ignorado sistemáticamente todas las demandas de los trabajadores. Las movilizaciones constantes y el apoyo internacional son la principal arma de estos trabajadores.

Los ocho trabajadores fueron expulsados por la firma con la que tampoco pueden negociar. Todo esto ocurre en Corrientes, una ciudad argentina situada a 700 kilómetros al norte de Buenos Aires y que mantiene un importante puerto fluvial por el que transtitan buena parte de las mercancías que llegan o salen del vecino Paraguay. El sindicato argentino SUTAP, con el apoyo de la internacional portuaria -IDC- lleva tiempo reclamadno a las autoridades argentinas que adopten las medidas necesarias para que no se siga incumpliendo la legislación laboral y los portuarios puedan volver, con todas las garantías, a sus trabajos.

Entre las demandas de SUTAP, además de la readmisión de los trabajadores expulsados, que la firma Chaco ponga fin a las múltiples irregularidades contables, de seguridad laboral, de estabilidad de empleo y de persecución sindical que han constituido una constante en el puerto correntino.

Las movilizaciones de apoyo de los trabajadores también han sido, sin embargo constantes. La última de ellas se llevó a cabo el pasado jueves, consistió en el encadenamiento de los trabajadores frente al acceso a las terminales. Los ocho portuarios han anunaciado que no cederán en sus reclamaciones.