La organización brasileña de la compañía Panalpina ha invertido en soluciones logísticas específicas de transporte frigorífico para atender al pujante sector farmacéutico y médico del país.

Una de las nuevas instalaciones de Panalpina en Brasil

La intervención principal de Panalpina se ha realizado en su centro de almacenaje de Cajamar (São Paulo) que ahora está dedicado en exclusivo a la cadena del frío. Puede acoger cargamentos a diversos rangos de temperatura, lo que le permite albergar productos que abarcan desde medicinas a productos cosméticos, alimentos y perecederos.

Estas instalaciones, que ocupan una superficie de más de 4.000 metros cuadrados, cuentan con tres cámaras frías: una de ellas tiene una temperatura fija de 20º; la segunda abarca de 2º a 8ºC; y la tercera -y la más grande- cubre un rango de temperatura desde los 15º a los
25ºC.

El almacén tiene diez muelles de carga para la llegada y partida de las mercancías así como espacio para 1.500 ‘pallets’ y un área para servicios que incluyen en empaquetado y el etiquetado, entre otros.

El director logístico de Panalpina Brasil, Marcelo Tonet, destacó las tecnologías avanzadas con las que se han equipado estas instalaciones y la sostenibilidad que impregna su diseño y construcción.

“En el caso de los fluidos que se emplean para enfriar el almacén, optamos por una solución de amoniaco, que es respetuosa con el medio ambiente y sostenible porque es orgánica en lugar de química. Dicho de otro modo, el proceso de producción no implica combustibles fósiles. Por el contrario, emplea compuestos naturales”, comentó Tonet.

Panalpina Brasil también ha impulsado su red de transporte y distribución para ampliar el alcance de sus servicios nacionales e internacionales.