El sector marítimo mandará al desguace el mayor número de petroleros de los últimos siete años debido al descenso de los fletes, el aumento de los precios de la chatarra y la necesidad de adecuar las flotas a las nuevas y estrictas normas medioambientales, según informaba recientemente la Asociación de Navieros Españoles (ANAVE).

Desde enero a abril se han vendido para su reciclaje alrededor de 10,3 millones de toneladas de peso muerto, en comparación con los 11,2 millones de toneladas que se enviaron al desguace en todo 2017 y 2,5 millones en 2016. Los desguaces han aumentado especialmente entre los buques más grandes y ha descendido la edad media de los petroleros reciclados, pasando de 22 años de media de 2017 a 19,5 de los primeros meses de 2018.

Esta tendencia pone de relieve cómo el sector de los petroleros está lidiando con una fuerte crisis, con los fletes en mínimos históricos debido al exceso de oferta de buques tanque y el descenso de la demanda de transporte de crudo tras los recortes de producción de la OPEP. Según varias entidades expertas, se trata de uno de los peores años de la última década para el sector en términos de fletes y beneficios.

Para 2018, se estima que la demanda de transporte de crudo crecerá algo más que en 2017 (2,8%) y la de productos en torno al 3%, mientras que la flota de petroleros de crudo aumentará en torno al 3% y la de petroleros de productos por debajo del 2%. Esto hace prever otro año de fletes deprimidos para los petroleros, aunque la tendencia creciente de la demanda y el aumento de las distancias podría aportar ciertas mejoras que ayuden a los fletes a iniciar una recuperación.

Los ya mencionados recortes en la producción de la OPEP, las nuevas sanciones de Estados Unidos contra Irán, las normas medioambientales de la OMI para 2020 e incluso la falta de interés en el uso de petroleros para almacenamiento a flote, que históricamente ha sido una opción rentable para los armadores durante los períodos de baja demanda de transporte marítimo de crudo, están frenando la demanda general, según los analistas.

A todo ello hay que añadir que el precio de la chatarra en el mercado chino se ha duplicado respecto al año pasado, debido a los cierres por el gobierno chino de los altos hornos poco eficientes en su intento de reducir las emisiones industriales.