La naviera Kawasaki Kisen Kaisha (‘K’ Line) cerró su ejercicio fiscal de 2016 -que abarcó del 1 de marzo de 2016 al 31 de marzo de 2017- con unas pérdidas de 1.243 millones de dólares. En ejercicio anterior, los números rojos de la compañía se situaron en 457 millones de dólares.

La naviera espera cerrar el actual ejercicio fiscal con unos beneficios netos de 186 millones de dólares

Asimismo, sus ingresos descendieron un 17% hasta los 1.030 millones de dólares mientras que sus ganancias operativas pasaron de beneficios en 2015 a 410 millones de dólares en pérdidas en el último ejercicio.

Desde la compañía atribuyeron esas pérdidas, en parte, a gastos relacionados con procesos de reestructuración que no pudieron compensar a pesar de sus esfuerzos por ahorrar costes y por maximizar la rentabilidad, especialmente en el área del transporte de contenedores, y por minimizar la presión en el caso de los graneles sólidos.

“Pese a que el desequilibrio entre la oferta y la demanda está en camino de mejorar, las condiciones del mercado siguieron empeorando. El grupo implementó medidas para mejorar la rentabilidad, con una ubicación más eficiente de los buques, y se esforzó por reducir los costes derivados de la operativa de los barcos. Pese a todo, los resultados económicos declinaron con respecto al año anterior”, indicaron desde la naviera japonesa.

Según el grupo, el nivel de las tarifas en el transporte de contenedores mostró una “recuperación leve” desde los mínimos históricos registrados en la primera mitad de 2016.

Además, los movimientos de contenedores aumentaron en la segunda mitad del ejercicio fiscal, especialmente en las rutas entre Oriente y Occidente, pero no fue suficiente para recuperar la caída de las tarifas a principios de año.

En total, el volumen de tráfico de contenedores de la compañía creció un 6% con respecto al ejercicio anterior. En concreto, los movimientos entre Asia y Europa aumentaron un 10% mientras que entre Asia y Europa éstos crecieron un 2%.

En el caso de los graneles sólidos, las condiciones de mercado mejoraron, experimentando una recuperación gradual, impulsada en parte por la exportación de mineral de hierro y carbón con destino a China a partir del mes de septiembre. Pese a que la naviera retiró los buques menos rentables, reubicó sus barcos de forma más eficiente y redujo sus costes operativos, las pérdidas de esta división empeoraron con respecto al ejercicio anterior.

El grupo espera cerrar el ejercicio fiscal de 2017 -que abarcará del 1 de abril de 2017 al 31 de marzo de 2018-, con unos ingresos de 10.034 millones de dólares, unos beneficios operativos de 213 millones de dólares y unas ganancias netas de 186 millones de dólares.

‘K’ Line cuenta con oficinas en España.