La naviera Kawasaki Kisen Kaisha (‘K’ Line) se ha fijado unos objetivos más ambiciosos de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) para 2030, después de que el año pasado la compañía alcanzara, cuatro años antes, sus previsiones de reducción de 2019.

En concreto, el año pasado, ‘K’ Line consiguió limitar sus emisiones de CO2 un 13,6% con respecto a los niveles de 2011, superando así en más de tres puntos porcentuales la reducción del 10% que se había establecido previamente para 2019.

La naviera atribuyó este logro a la entrada en servicio de buques más grandes, a la introducción de tecnologías avanzadas encaminadas a reducir el consumo de energía y a la aplicación del programa de velocidad reducida en sus líneas.

Ante este hito medioambiental, la naviera se ha propuesto limitar en un 25% sus emisiones de CO2 en 2030, un paso más en su propósito global de reducir esas emisiones de gas a la mitad -respecto a los niveles de 2011- en 2050.

‘K’ Line busca alcanzar ese objetivo empleando buques que consuman menos carburante, revisando su diversificación energética, introduciendo tecnologías nuevas en sus barcos que permitan ahorrar energía y utilizando ‘big data’ registrado por esos navíos que permitan favorecer una operativa más eficiente, entre otras medidas.