El grupo A. P. Moller - Maersk ha elegido la ciudad de Charlotte (Carolina del Norte), como sede central de sus operaciones en Norteamérica, una decisión estratégica que refuerza más de dos décadas de presencia corporativa en la ciudad y que impulsará su crecimiento como integrador logístico en la región.

La compañía confirmó que creará más de 500 nuevos empleos en los próximos años, lo que elevará su plantilla local por encima de los 1.300 trabajadores. Maersk adquirió su actual edificio en el sur de Charlotte en 2006 y, desde entonces, ha consolidado una base operativa que ahora se convertirá en su principal centro corporativo para Estados Unidos y Canadá.

Maersk destacó que la elección de Charlotte responde a factores clave como el creciente talento profesional disponible y la calidad de vida, elementos que facilitan la captación y retención de perfiles especializados. La nueva sede norteamericana concentrará funciones estratégicas como finanzas, recursos humanos, estrategia comercial y tecnología.

"Hemos crecido y transformado de manera significativa nuestras actividades en Norteamérica para convertirnos en un socio logístico integral para nuestros clientes. Contar con una sede regional nos permitirá atender mejor al mercado y crear un entorno de trabajo donde todos puedan prosperar", afirmó el presidente de Maersk para la región de Norteamérica, Charles van der Steene.

Sobre Maersk
A.P. Moller - Maersk es una empresa de logística integrada que trabaja para conectar y simplificar las cadenas de suministro de sus clientes.

Como líder global en servicios logísticos, opera en más de 130 países y emplea a unas 100,000 personas. Maersk tiene como objetivo alcanzar cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2040 en toda su operación, mediante nuevas tecnologías, nuevos buques y combustibles con emisiones reducidas de GEI.

Maersk define los “combustibles con emisiones reducidas de GEI” como aquellos que reducen al menos un 65% de las emisiones de gases de efecto invernadero en su ciclo de vida, en comparación con los combustibles fósiles de 94 g CO2e/MJ.