Las Cámaras destacan que los resultados de las elecciones estabilizan la economía
Los resultados que dan como ganador al candidato republicano George Bush eliminan incertidumbres en los mercados internacionales y en el desarrollo futuro de la política económica estadounidense.
Para las Cámaras de Comercio españolas, esta estabilidad repercutirá positivamente sobre la economía mundial que comienza a dar muestras de recuperación.
La victoria de Bush no influirá sobre el precio del crudo. La elevada cotización del petróleo depende más de una mayor demanda en los mercados internacionales y de una saturación de la oferta que de políticas puntuales que ponga en marcha la nueva Administración
estadounidense.
Por lo que respecta a España, no cabe esperar cambios en las relaciones comerciales entre ambos países. Estados Unidos ocupa el sexto país como destino de las ventas españolas y origen de las compras con un peso cercano al 4% de las exportaciones y de las importaciones.
Cerca de un 15% de las empresas exportadoras y un 17% de las importadoras regulares comercian con Estados Unidos.
Aunque en estas elecciones en EE.UU. los temas económicos han pasado a un segundo lugar, debido a que los asuntos internacionales y la seguridad han centrado la campaña electoral, los problemas de la economía estadounidense están claramente definidos: doble déficit, público y exterior, y recuperación del dinamismo, atendiendo a los problemas de su actual sistema de protección social.
Ámbito económico
La adopción de medidas para atajar estos déficits son políticamente impopulares. El respaldo electoral que ha obtenido Bush en las elecciones, puede llevarle a tomar medidas más decididas que acaben con los actuales problemas que presenta la economía estadounidense.
Las Cámaras desean un mayor estrechamiento de los lazos empresariales entre ambas economías y un éxito de las políticas que se desarrollen en el ámbito económico con el objetivo de garantizar el crecimiento de Estado Unidos y de la economía mundial con una reducción paulatina de los déficit (comercial y público) que garantice la estabilidad sin oscilaciones bruscas de tipos de interés ni de la cotización del dólar.