La notable recuperación de la demanda y la actividad económica internacional a partir del segundo semestre de 2020, tras el cierre y confinamiento provocado por la pandemia, no vino acompañado con una recuperación de la oferta. Las desigualdades en el ritmo de recuperación y de los procesos de vacunación entre los diferentes países y zonas geográficas, junto con factores naturales adversos, han generado a nivel mundial una situación de stress y distorsiones en los mercados internacionales.

Una tormenta perfecta, impredecible -al igual que la pandemia-, que se ha traducido para las empresas valencianas en un escenario crítico en su cadena de suministros no visto en varias décadas, y la situación no se espera que se normalice hasta bien entrado el 2022.

Entre los factores que inciden destacar: la escasez en el suministro de materias primas; el fuerte aumento de los precios de las materias primas; un intenso encarecimiento de los precios de la energía; tensiones en el tráfico marítimo, con escasez de contenedores y aumentos de fletes; retrasos en la llegada de suministros y en la entrega de bienes finales, e incertidumbre creciente ante las tensiones inflacionistas

Sin duda, las enormes distorsiones provocadas a nivel internacional por la pandemia están afectando notablemente a todas las empresas, pero especialmente a las manufactureras.

Aumento de inflación
El aumento de costes va a suponer, sin duda, un aumento de la inflación, a niveles desconocidos desde la última crisis. Su duración en el tiempo va a depender de la evolución de las actuales condiciones de costes en los mercados internacionales y los efectos de segunda ronda en el mercado nacional: aumento de salarios, de precios finales, entre otros.

Las expectativas apuntan a que el mercado y las empresas se enfrentan a nuevas referencias en los precios de las materias primas, por lo menos, a corto y medio plazo. El significativo aumento de los precios de las materias primas, de la energía y de algunos semimanufacturados como los chips y semiconductores en los mercados internacionales, está provocando un aumento de la inflación generalizado. En Estados Unidos ya ha alcanzado el 5% y en España o Alemania se sitúa en el 4%, niveles no vistos desde antes de la crisis financiera de 2008. Situación que puede alargarse en el tiempo, en la medida en que los precios continúen al alza.

Transporte marítimo
Pero mayor impacto sobre el ritmo de recuperación económica internacional puede tener la escasez de materias primas. Escasez provocada por el menor ritmo de crecimiento de la producción frente al dinamismo de la demanda tras la pandemia y por los desajustes del transporte marítimo. La principal perjudicada está siendo la industria, que ante la falta de suministro sufren cuellos de botella, problemas de producción -con paradas intermitentes en algunas de ellas- e incapacidad para hacer frente a los pedidos.

Esta situación, que no tiene visos de corregirse a corto plazo, podría lastrar la reactivación de la actividad económica internacional en 2022. De prolongarse en el tiempo, estos cuellos de botella afectarían a otras ramas del sector servicios más interrelacionados con la industria y la construcción: el transporte, el comercio al por mayor o algunos servicios profesionales.

No obstante, en la medida en que oferta y demanda de bienes se adecuen a lo largo de 2022, precios y suministros volverán a la senda previa a la pandemia a partir de 2023, aunque el nivel de equilibrio podría ser diferente al existente previamente.

Las empresas valencianas se someterán a cambios sustanciales en sus estrategias
Las empresas valencianas tienen ahora el reto de enfrentarse a un nuevo escenario
mundial, lo que implicará cambios sustanciales en sus estrategias:

Estrategia de suministro de materias primas: tanto en qué materias primas como cuales
van a ser los proveedores.

Estrategia de stocks y almacenamiento, tanto de materias primas como de productos
finales.

Estrategia de costes: el aumento y alta fluctuación de los costes obliga a la empresa a
plantearse nuevas estrategias en todos sus ámbitos de actividad.

Estrategia de fijación de precios: la inestabilidad de precios va a ser la tónica a medio plazo, lo que implica mayor flexibilidad y variabilidad.

La política de optimización de precios se hace imprescindible en un entorno cambiante