El sector porcino de capa blanca español cerró el ejercicio de 2017 con un récord histórico, que le consolida como uno de los motores estratégicos de la economía nacional y como gran potencia mundial, gracias a su modelo de producción sostenible. Una facturación de más de 15.000 millones de euros, y unas exportaciones que sumaron 5.022 millones de euros en 2017, confirman esta positiva valoración, según se desprende de un informe de INTERPORC, la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca.

Dicha organización volverá a tener una activa participación y a representar a este importante segmento económico en MEAT ATTRACTION 2018, la Feria del Sector Cárnico. El único Salón español dedicado de forma monográfica a la industria cárnica, y que organizan IFEMA y la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España, ANICE, celebrará su segunda edición del 18 al 20 de septiembre próximos, en la Feria de Madrid.

Esos 15.000 millones de euros de facturación logrados en el pasado ejercicio suponen el 1,4% del PIB nacional, el 14% de la producción agraria, y el 37% de la producción ganadera. La fortaleza del sector en España contribuye a afianzar el liderazgo de nuestro país en los mercados exteriores. De hecho, las exportaciones españolas de porcino de capa blanca alcanzaron el año pasado un valor de 5.022 millones de euros, lo que supuso un incremento del 12% respecto a 2016, y se exportaron más de 2 millones de toneladas, es decir, un 5% más que en 2016. Durante la última década, el sector ha aumentado en casi un 60% su facturación exterior y ha duplicado el valor de sus productos.

Modelo de producción
Tanto el volumen de facturación como de la cantidad de producto exportado a más de 130 países, son fruto de un modelo de producción sostenible en todos los eslabones de la cadena de valor del sector porcino. Aspectos como la calidad y la seguridad alimentaria, el bienestar animal o el respeto al Medio Ambiente están siendo determinantes para la buena opinión sobre el producto español en los mercados exteriores, y que están permitiendo a este sector conquistar los mercados internacionales. En España, se cumple escrupulosamente la rigurosa normativa comunitaria e, incluso, en algunos casos, ha sido pionera. Por ejemplo, España fue el primer país de la Unión Europea en cumplir con la legislación sobre bienestar animal.