La buena situación económica de Chile, sumado a las bajas expectativas que genera la percepción de un bajo crecimiento de la economía española, en el mediano plazo para los inversionistas españoles, ha posicionado a nuestro país como uno de los principales polos de inversión para las empresas ibéricas. La situación de Chile no es aislada ya que “la tendencia generalizada de la mayoría de las grandes empresas españolas con intereses en Latinoamérica, será la de incrementar su actividad inversora en la región durante 2013”, a diferencia de lo ocurrido durante 2012 donde las compañías prefirieron congelar sus inversiones.