Una vez mas, una exposición de los hechos, contada desde mi humilde opinión.

6 de noviembre de 1979, nace un individuo cualquiera en un lugar cualquiera.

Esta fecha que fue muy importante para mis padres, prácticamente habrá pasado desapercibida para el resto de la humanidad.

A veces pensamos que somos el ombligo del mundo, pero ni mas lejos de la realidad. Como individuos somos casi inapreciables en la inmensidad del universo.

Que la energía se transmite es un hecho probado, ¿por qué no transmitir aquello que queremos recibir? ¿Algún individuo del planeta no desea recibir Amabilidad, Sinceridad, Amor, Gratitud, Perdón o RESPETO?

Hay personas que tenemos la suerte de liderar grupos (Empresarios, Encargados, Jefes de equipo, Responsables de departamento, Padres, Madres, delegados de clase, hermanos mayores,...). Casi en todos los ámbitos de la vida podemos encontrar nuestra cuota de responsabilidad con los demás o con el medio ambiente. ¿Qué energía emitimos? ¿Qué nos gustaría recibir?

Yo como empresario tengo claro que la base de una organización son las personas que la integran y mi reflejo será en gran parte lo que reciba.

Muchas veces los empresarios aburrimos con argumentos numéricos, técnicos, comerciales o de marketing... Dando importancia a los datos, como si los datos tuviesen emociones o sentimientos, olvidándonos de lo que realmente importa, aquello que son el alma de las empresas, de las familias, de los gobiernos y todo aquello que organizamos como sociedad. LAS PERSONAS.

En este artículo he querido resaltar la importancia de la gente, del tiempo y de la emoción que ponemos en desarrollar nuestras acciones; porque pienso que nuestro tiempo aquí es muy limitado, las personas la mayor fuente de riqueza que jamás tendrá esta sociedad y las emociones positivas, la única forma de que las personas pasen su tiempo ya sea en sus trabajos, en sus casas o donde quieran de la forma MAS feliz posible.

Aunque hay mucha gente en el mundo que no tiene la suerte de sentirse dichoso, creo que somos muchos los que tenemos la suerte de estar donde queremos, haciendo lo que nos gusta y rodeándonos de la gente a la que queremos tener cerca. Por eso animo a todo el que lea este artículo a pelear por sentirse dichoso y que todo aquel que le rodea también lo sea.

Como dice Andrés Calamaro en una de sus míticas canciones:

‘’Yo soy un loco, que se dio cuenta, de que el tiempo es muy poco’’.

Fernando Tomás
Gerente de Levante Portservice