La familia Cases: historia de una vida dedicada al puerto de Alicante
Su trabajo comenzó desarrollándose en tierra, aunque pronto esto cambiaría ya que José respondió a un anuncio en el que se demandaban buzos para la construcción del nuevo puerto de Alicante. Sin pensarlo se introdujo en la peligrosa tarea de ser buzo escafandrista y cambió su uniforme de peón por un traje y una escafandra de mas de 95 kilos.
Este pesado equipo permitía descender a profundidades superiores a 30 metros de profundidad manteniendo como único medio de contacto con la superficie un tubo por el que pasaba el oxigeno y una cuerda con la que comunicarse mediante tirones con el barco.
El 22 de Febrero de 1913 nace su tercer hijo Manuel Cases, Manuel estudiaba para el Ministerio de Hacienda, pero la afición de su padre por el mar comenzó a animarle y a los 20 años entró a trabajar al lado del que fuera su mejor maestro, su padre. Así, padre e hijo comenzaron a trabajar codo con codo para la Junta de Obras del Puerto, la actual Autoridad Portuaria. En julio de 1931 efectuaron su primera inmersión juntos en la construcción del muelle 14 del puerto de Alicante, cuyas obras finalizaron el 11 de Enero de 1934. Su trabajo consistía en colocar los grandes bloques de piedra que una grúa introducía en el agua en su posición. Este tipo de actuaciones conllevaban y siguen conllevando peligros extremos, incluso hoy en día con los adelantos de las cámaras submarinas, ya que los buzos se movían a merced de las corrientes y corrían el riesgo de quedar enterrados por los bloques de piedra, que manejaba el operario de la grúa sin visión y con las únicas referencias que le daba el buzo a través de la cuerda.
Con el citado proyecto del muelle 14 comenzó todo un sinfín de trabajos no sólo de construcción sino de todo tipo de labores submarinas. En 1937 Manuel fue movilizado al servicio de la Armada, primero en Infantería de Marina y posteriormente en el crucero Libertad y más tarde en la Escuela de Buzos del Arsenal de Cartagen, donde permaneció hasta abril de 1939, cuando le licenciaron.
Trabajos
Estos dos hombres se convirtieron en héroes en junio de 1944 al rescatar un avión bimotor inglés en aguas de Santa Pola a 20 metros de profundidad. Durante la guerra reflotaron una goleta hundida que más tarde se destinó, después de su reparación, al servicio de la Escuela de Flechas Navales desde el 25 de junio al 18 de julio de 1941, por orden de la Comandancia de Marina.
En el trabajo de estos dos escafandristas existía una persona de gran importancia para ellos, Caturla. Este trabajador se situaba en la superficie, sobre el barco y les dispensaba oxigeno mediante una manivela que él mismo giraba. Este trabajo sólo podía desempeñarlo una persona de confianza para ellos, ya que su vida dependía, en el momento de la inversión, exclusivamente de él. Tanto es así que cuando se requería a los Cases para trabajos submarinos fuera de Alicante exigían llevar a su propio equipo.
La vida del buzo no sólo se restringía al tiempo laboral, sino los Cases no podían dejar ni un minuto de pensar en su trabajo. De hecho, los domingos acudían al puerto con sus familias y les mostraban, con orgullo, los avances de la obra. Además José y Manuel debían llevar una dieta alimentaria específica, no ingiriendo alimentos que precisaran de una larga o pesada digestión y debían cuidar su forma física al máximo. Todos los años acudían a Madrid para someterse a una revisión anual con el fin de controlar una enfermedad que afecta a los buzos, el Tromboembolismo gaseoso, que se desarrolla como consecuencia de larga estancias bajo el agua o por no realizar una descompresiones muy controladas entre otras cosas.
No todo era negativo en esta dura labor, gracias a esta profesión la familia Cases tuvo una calidad de vida muy buena y disfrutaron de todas las comodidades incluso de algún capricho, como una Harley Davison con sidecar, en la que la familia Cases al completo paseaba con perro incluido.
Los Cases también tuvieron su momento de gloria y fueron los protagonistas de "Buzos y peces" una película filmada por el noticiero que se proyectaba oficialmente en todos los cines del país y que constituía la imagen de la España de entonces, el NODO. La Isla de Tabarca fue el escenario donde se rodó la cinta y en concreto en el puerto, que ellos mismos construyeron en los veranos desde el 45 al 47. El rodaje duró desde el 4 al 26 de Abril de 1945. La película fue declarada de interés nacional.
El 8 de Mayo de 1945 comenzaron la reparación del muelle 14 que había sido dañado por un torpedo, durante este trabajo y en contra de la voluntad de José que deseaba morir siendo buzo, la muerte le llegó en otras circunstancias el 15 julio de 1946. Manuel, su hijo, terminó la reparación un mes más tarde aunque ya en solitario.
Manuel continuó trabajando y llegó a superar a su padre en tiempo de inmersión debido a la muerte temprana de su progenitor. Realizó trabajos en otros muchos puertos como en el de Santa Pola, Barcelona o Calpe entre otros. Además, también colaboró incluso fuera del agua como los servicios realizados en 1964, del 22 al 24 de Septiembre, en el cargadero de minerales en el hornillo de Cieza en la provincia de Murcia para la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles RENFE. También colaboró en el salvamento de un automóvil que cayó en la bocana del puerto de poniente el 12 de diciembre de 1964.
Reconocimiento
Por todo su trabajo Manuel recibió en el palacio madrileño de El Pardo y de manos del General Franco la medalla de oro al trabajo un premio más que merecido, que culminó una vida de entrega al mar.
El último trabajo que realizó Manuel Cases fue en 1970 en el ensanche del muelle enfrente de las antiguas oficinas de la Junta General de obras del puerto alicantino para los nuevos
accesos ferroviarios. Manuel murió en 1995.
Los reconocimientos a estos dos buzos del puerto de Alicante, no cesaron ya que incluso a título póstumo este año la Autoridad Portuaria descubrió el 29 de Octubre una placa en el muelle 14, muelle que ellos mismos ayudaron a construir, donde se reconoce la gran labor de estos dos buzos que dedicaron toda una vida a la construcción y mantenimiento de los cimientos del puerto de Alicante.