A la presentación acudieron Juan Bautista Riera, presidente de la Comisión de Comercio Exterior de la Cámara, Armando Ortuño, profesor de urbanística y ordenación del territorio en la Universidad de Alicante y coautor del “Llibre Blanc de les Infraestructures de l’Arc Mediterrani” y Pau Caparrós, coordinador de l’Institut Ignasi Villalonga.
El Instituto Ignasi Villalonga ha finalizado después de cuatro años un ambicioso proyecto, el Libro Blanco de las Infraestructuras del Arco Mediterráneo. El objetivo de este libro ha sido hacer un diagnóstico de las necesidades, principalmente de transporte, además de realizar una propuesta de estrategias relativas a infraestructuras y servicios, modelos de financiación, de gestión y explotación. Se han realizado reuniones con Cámaras de Comercio, Colegios de Economistas ingenieros Industriales, asociaciones empresariales, puertos, el mundo sindical y las universidades. En total, han participado 366 entidades en los 33 debates realizados.
Además se da la circunstancia de que el Libro Blanco de las Infraestructuras de la Eurorregión del Arco Mediterráneo (Euram) es el único informe de una institución privada aprobado en el proceso preparatorio del definitivo Libro Blanco del transporte europeo.
La Unión Europea (UE) revisará sus planes de transporte durante este año, coincidiendo con la presidencia española, por lo que ahora es el momento adecuado para que se decida la incorporación del arco mediterráneo como eje prioritario de comunicación intermodal transeuropea y resolver esta gravísima carencia.
Por todo ello, el Instituto Ignasi Villalonga ha organizado un acto el próximo 7 de mayo de 2010 en el Palacio de Congresos de Valencia para conseguir el reconocimiento europeo del eje mediterráneo. Participarán los gobiernos regionales de la Eurorregión del Arco Mediterráneo, las cámaras, los colegios profesionales, las universidades, y las asociaciones empresariales y grandes empresas clave para la logística y el transporte.
EURAM
Formada por un eje económico con similitudes económicas y sociales, la Eurorregión del Arco Mediterráneo (Euram) la forman, principalmente, Cataluña, la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares, Andorra y la región francesa de Languedoc - Rosellón. Son regiones con intercambio comercial mutuo intenso, una interdependencia estructural y una tradición, incluso de elementos de orden histórico o cultural comunes. “Este es el reto para la Eurorregión del Arco Mediterráneo: el Euram”, afirman desde la organización.
La Eurorregión del Arco Mediterráneo se enfrenta a un nuevo mapa continental europeo y una nueva etapa productiva mundial. La ampliación hacia el este supone una serie de oportunidades, con un mercado de casi quinientos millones de consumidores, pero también de riesgos derivados del alejamiento del centro de gravedad de la Unión Europea y de una mayor competencia por parte de los nuevos países que se incorporan.
Por otra parte, las condiciones de lo que se denomina “la nueva economía” afectarán cada vez más, y especialmente, a los sectores de base exportadora de las economías, y por tanto es necesario saber reaccionar para mejorar la competitividad.
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Asistentes a la presentación del proyecto
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Así pues, en cualquier proyecto que pretenda articular la cooperación regional entre comunidades situadas a lo largo de la fachada mediterránea hay que hacer visible que hay que asentar tanto sobre un proceso secular de contactos económicos y comerciales y de constantes geográficas que envuelven la acción de las sociedades, como sobre la traducción en “nuestras tierras de las tendencias de gobernanza del territorio, de nuevas formas de contemplar el espacio político y administrativo que se está imponiendo en toda Europa”. Un proyecto que contemple el primer elemento sin el segundo no haría sino reproducir esquemas ideológicos ya explicitados. Un proyecto centrado de manera exclusiva en el segundo aspecto no sólo nacería débil, sino que incluso podría trabajar al margen -y a veces en contra- de las orientaciones estratégicas de base histórica y geográfica de sus propios impulsores.
A lo largo de todo el siglo XX, se ha ido articulando una historia de relaciones entre las economías mediterráneas, y especialmente, entre la economía valenciana y la catalana. Y por eso, lo que se puede deducir es que el arco mediterráneo, donde la dorsal principal, por magnitud demográfica y potencia económica, la forman el eje Valencia-Barcelona, “no es ninguna ficción territorial para construir, no es un sueño económico o administrativo que haya que ordenar, sino una realidad histórica y cotidiana, el producto material de procesos históricos, económicos y geográficos con cierta tradición”.
“Podemos decir que el arco mediterráneo es el resultado de una vertebración económica y territorial de unas determinadas regiones y no al revés, como les gustaría a algunos. Y les gustaría porque así tendrían la excusa perfecta para no dialogar ni cooperar con nadie sobre la necesidad de un corredor mediterráneo ferroviario de ancho europeo para mercancías, sobre los peajes de una autopista, sobre la crisis de los sectores tradicionales del textil o de la madera, sobre la alianza estratégica de los puertos para competir con otras fachadas oceánicas, sobre el modelo turístico o sobre el problema del agua en esta orilla del Mediterráneo, entre otras cosas. No. Quieran o no, estos procesos existen, estos problemas están presentes. Y cerrar los ojos no hará que desaparezcan”, afirman desde la organización.
Por otro lado, Europa vive un momento de recomposiciones territoriales, económicas y sociales, y aparecen nuevas formas de superar las fronteras tradicionales para poder defender mejor los intereses propios e influir en las políticas públicas, tal como hacen los ‘länder’ alemanes, pero también las regiones históricas británicas o los lobbies de base regional. La región del Mar Báltico es un buen ejemplo. Allí, los puertos de Gotemburgo, Hamburgo, Riga o Lübeck, tienen acuerdos de coordinación exterior y se ha creado la Asociación de Cámaras de Comercio del Mar Báltico, con más de cincuenta instituciones y medio millón de empresas.